Mumbiela asegura ante el Papa que en Mongolia "nadie es extranjero": "La Iglesia crea fraternidad"

José Luís Mumbiela Sierra, presidente de la Conferencia Episcopal de Asia Central y obispo de la diócesis de la Santísima Trinidad en Almaty, ha pronunciado el discurso de bienvenida al Papa Francisco en su encuentro con la vida religiosa en Mongolia en la catedral de los Santos Pedro y Pablo.

“Estas tierras han estado esperando durante más de dos décadas la visita del Obispo de Roma. Las cosas han cambiado un poco desde entonces {…] las circunstancias históricas de los pueblos son temporales, pero la promesa del Señor permanece siempre llena de actualidad y vitalidad”, ha empezado diciendo Mumbiela.

La presencia del Papa, "un testimonio vivo y gozoso que justifica la esperanza de tantos siglos"

La presencia del Santo Padre es, para todo el pueblo mongol, “un testimonio vivo y gozoso que justifica la esperanza de tantos siglos, es como una teofanía que nos acompaña y estimula en nuestra peregrinación como Iglesia misionera. En Asia sabemos lo que significa vivir de la esperanza. Y ahora también estamos convencidos de que "la esperanza no defrauda"”.

La vida religiosa en Mongolia está acostumbrada “a contemplar la espléndida inmensidad del cielo permanentemente azul” y Mumbiela le ha preguntado al Santo Padre cómo poder ser fieles a los mensajeros de las Palabras y bendiciones eternas y evitar ser comerciantes de pensamientos y planteamientos invadidos por la temporalidad: “¿Cómo no defraudar las expectativas de quienes esperan de nosotros un testimonio continuo de lo "Eterno"?”.

"Nadie es extranjero"

“Sentimos esa “fuerza de gravedad” que nos atrae hacia las cosas del mundo, que son pasajeras y estériles”, ha dicho Mumbiela en su discurso.

En Mongolia casi todos los misioneros han venido de otros países y continentes pero en el país, ha subrayado Mumbiela, “nadie es extranjero, porque dentro de la Iglesia católica nadie es extranjero. La Iglesia crea fraternidad porque la Iglesia “es fraternidad””.