El Papa, en el Ángelus, invita a "tener ojo" para descubrir el verdadero valor de las cosas
Tras la oración mariana,ndestaca los tres getsos de la parábola del comerciante "buscar, encontrar, comprar" que nos enseñan "también a nostros a descubrir los tesoros de la vida"
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Durante el rezo del Ángelus, el Papa Francisco ha querido profundizar este 30 de julio en el Evangelio que narra la parábola de un comerciante en busca de perlas preciosas. Él, dice Jesús,"encontró una perla de gran valor, fue, vendió todos sus bienes y la compró". "Detengámonos unpoco en los gestos de este comerciante, que primero busca, luego encuentra y finalmente compra la perlapreciosa.Primer gesto: buscar. Es un comerciante emprendedor, que no se queda quieto, sino que sale de su casay se pone a buscar perlas preciosas", ha dicho el Papa. "Esto nos invita a no encerrarnos en la costumbre, en la mediocridad de los que se contentan, sino areavivar el deseo: a cultivar los sueños de bien, a buscar la novedad del Señor, porque el Señor no es repetitivo,siempre trae novedad, siempre hace nuevas las realidades de la vida".
Discernir para encontrar
Por otro lado, ha subrayado, "el segundo gesto del comerciante es encontrar". Es una persona prudente, que "tiene ojo" y sabereconocer una perla de gran valor. Así, ha pedido que pensemos, por ejemplo, en los "fascinantes" bazares orientales,donde los bancos, llenos de mercancías, se sitúan a lo largo de las paredes de las calles abarrotadas; o enalgunos de los puestos que se ven en muchas ciudades, llenos de libros y objetos diversos. "A veces, en estosmercados, si uno se detiene a mirar con atención, puede descubrir tesoros: cosas muy valiosas, volúmenesraros que, mezclados con todo lo demás, uno no advierte a primera vista".
Pero el mercader de la parábola tienebuen ojo y sabe encontrar, "discernir" la perla. Esto también es un aprendizaje para nosotros: "Cada día, en casa,en la calle, en el trabajo, de vacaciones, tenemos la oportunidad de vislumbrar el bien. Y es importante saberencontrar lo importante: entrenarnos para reconocer las gemas preciosas de la vida y distinguirlas de lasbaratijas. ¡No perdamos tiempo y libertad en cosas triviales, pasatiempos que nos dejan vacíos por dentro,mientras la vida nos ofrece cada día la perla preciosa del encuentro con Dios y con los demás!".
Buscar, encontrar, comprar
Por último, Francisco ha reflexionado en "la compra de la perla": "Al darse cuenta de su inmenso valor, vende todo,sacrifica todos sus bienes para tenerla. Cambia radicalmente el inventario de su almacén; no queda nada másque esa perla: es su única riqueza, el sentido de su presente y de su futuro. Esto también es una invitación paranosotros".
Pero, ha interpelado el Papa: ¿cuál es esa perla por la que se puede renunciar a todo, de la que nos habla el Señor? ¡Es Élmismo, Jesús! Él es la perla preciosa de la vida, que hay que buscar, encontrar y hacer propia. Merece la penainvertirlo todo en Él, porque, cuando uno encuentra a Cristo, la vida cambia. "Retomemos entonces los tres gestos del mercader -buscar, encontrar, comprar- y hagámonos algunaspreguntas. Buscar: ¿yo, en mi vida, estoy en búsqueda? ¿Me siento bien, conforme, o entreno mi deseo por elbien? Segundo gesto, encontrar: ¿me ejercito en discernir lo que es bueno y viene de Dios, sabiendo renunciara lo que me deja poco o nada? Por último, comprar: ¿sé gastarme por Jesús? ¿Está Él en primer lugar para mí,es Él el mayor bien de la vida? Sería bonito decirle hoy: "Jesús, Tú eres mi mayor bien".