El Papa, en la Audiencia: "La evangelización es en primer lugar testimonio del encuentro personal con Jesús"
El Santo Padre ha continuado sus catequesis sobre "la pasión de evangelizar": "El testimonio no puede prescindir de la coherencia entre lo que se cree y lo que se anuncia"
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El Papa Francisco ha continuado este miércoles sus catequesis en la Audiencia General sobre el tema de la “pasión de evangelizar” y ha centrado su meditación en el tema "La primera vía de evangelización: el testimonio”.
Reflexionando sobre la “carta magna” de la evangelización en el mundo contemporáneo, la exhortación apostólica Evangelii nuntiandi de san Pablo VI, Francisco ha remarcado que “la evangelización es más que una simple transmisión doctrinal y moral. Es en primer lugar testimonio del encuentro personal con Jesucristo”.
“El testimonio de Cristo, por tanto, es al mismo tiempo el primer medio de la evangelización y condición esencial para su eficacia, para que sea fructífero el anuncio del Evangelio”, ha subrayado el Papa este miércoles. Francisco ha añadido que “el testimonio, por tanto, no puede prescindir de la coherencia entre lo que se cree y lo que se anuncia”. El Santo Padre ha dejado tres preguntas fundamentales a las cuales “cada uno de nosotros está llamado a responder”: “¿Creéis verdaderamente en lo que anunciáis? ¿Vivís lo que creéis? ¿Predicáis verdaderamente lo que vivís?”.
“No nos podemos conformar con respuestas fáciles, preconfeccionadas. Estamos llamados a aceptar también el riesgo desestabilizante de la búsqueda, confiando plenamente en la acción del Espíritu Santo que obra en cada uno de nosotros, impulsándonos a ir siempre más allá: más allá de nuestros confines, más allá de nuestras barreras, más allá de nuestros límites, de cualquier tipo”, ha dicho Francisco.
El Papa ha pedido vivir “como conviene a los santos […] a revestirnos de bondad, humildad, mansedumbre, magnanimidad, llevando los frutos del Espíritu”. ¿Quiénes son los destinatarios de la evangelización? Para el Papa, “no son solamente los otros, aquellos que profesan otros credos o que no los profesan, sino también nosotros mismos, creyentes en Cristo y miembros activos del Pueblo de Dios. Lo somos tanto personalmente como en cuanto incorporados en la Iglesia”.
Por último, el Papa ha pedido a la Iglesia universal tener la capacidad de “cambiar los modos de comprender y vivir su presencia evangelizadora en la historia, evitando refugiarse en las zonas protegidas de la lógica del “siempre se ha hecho así”. Esta Iglesia está completamente dirigida a Dios, por tanto, es partícipe de su proyecto de salvación para la humanidad, y, al mismo tiempo, enteramente dirigida hacia la humanidad”.
“Es una Iglesia que encuentra dialógicamente el mundo contemporáneo, que teje relaciones fraternas, que genera espacios de encuentro, aplicando buenas prácticas de hospitalidad, acogida, reconocimiento e integración del otro y de la alteridad, y que cuida de la casa común que es la creación”, ha subrayado el Papa al final de la Audiencia General.