El Papa, al Capítulo General de la Orden Cisterciense: "La santidad es el fruto del Espíritu Santo en tu vida"
En la audiencia en el Vaticano, el Santo Padre ha alertado de los "particularismos" y de la tendencia al "exclusivismo" porque "son cosas malas que causan divisiones"
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El Papa Francisco ha defendido que la comunión en la Iglesia no es uniformidad o homogeneidad "más o menos espontánea o forzada" al tiempo que ha señalado que Jesús nunca "tuvo miedo de la diversidad que existía entre" los Doce apóstoles.
"La comunión no consiste en nuestra uniformidad, homogeneidad, compatibilidad, más o menos espontánea o forzada, no; consiste en nuestra común relación con Cristo, y en él con el Padre en el Espíritu", ha señalado el Papa en la reunión que ha mantenido con algunos miembros de la Orden de los Cistercienses de la Estricta Observancia (trapenses).
En la audiencia en el Vaticano con motivo de su Capítulo General, celebrado en la Porciúncula de la ciudad italiana Asís, Francisco ha alertado de los "particularismos" y de la tendencia al "exclusivismo" porque "son cosas malas que causan divisiones".
Del mismo modo, ha señalado que Jesús no tuvo miedo de la "diversidad que existía entre los Doce" apóstoles, por lo que nadie debe temerla. "Al Espíritu Santo le encanta suscitar las diferencias y hacer de ellas - ha dicho -. En cambio, nuestros particularismos, nuestros exclusivismos, esos sí, debemos temerlos, porque provocan divisiones. Por eso, el sueño de comunión de Jesús nos libera de la uniformidad y las divisiones. Ambas cosas son malas".
Del mismo modo, ha señalado que una comunidad de vida consagrada puede ser un signo del Reino de Dios al testimoniar "un estilo de fraternidad participativa entre personas reales y concretas que, con sus limitaciones, eligen cada día, confiando en la gracia de Cristo, vivir juntos". Por otro lado, ha defendido que los instrumentos de comunicación actuales deben estar al servicio "de una participación real - no sólo virtual - en la vida concreta de la comunidad".
El Papa ha reivindicado el sueño de Jesús de una Iglesia enteramente misionera y ha dicho que este mandato "concierne a todos en la Iglesia".
"No hay carismas que sean misioneros y otros que no lo sean. Todos los carismas, en la medida en que son dados a la Iglesia, son para la evangelización de los pueblos, es decir, misioneros; por supuesto, de maneras diferentes, muy diferentes, según la 'imaginación' de Dios", ha destacado.
Para finalizar, el Obispo de Roma resumió los sueños en uno: el sueño de la santidad. Y concluyó renovando una invitación: "Deja que todo esté abierto a Dios y para ello opta por Él, elige a Dios una y otra vez. No te desalientes, porque tienes la fuerza del Espíritu Santo para que sea posible, y la santidad, en el fondo, es el fruto del Espíritu Santo en tu vida".