El Papa, en el Domingo de la Misericordia: "La Iglesia es instrumento de reconciliación para la humanidad"
El dolor en la rodilla impidió a Francisco presidir la Misa prevista para este domingo, en la que, durante la Homilía, reflexionó sobre el encuentro de Jesús con sus discípulos
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El dolor en la rodilla derecha impidió al Papa presidir la Santa Misa prevista para el domingo de Misericordia, en la que, durante la Homilía, ha reflexionado sobre el encuentro de Jesús con sus discípulos en el cual este les dice 'la paz esté con vosotros'. Durante la misa de este domingo de Misericordia, el Papa reflexionó sobre el momento en el que los discípulos escucharon por primera vez la frase '¡La paz esté con vosotros!' que coincide con el momento en que habían abandonado a Jesús tras haber sido arrestado.
De este modo, recordó que el perdón se les da "sin cálculos y sin méritos". "Cristo no les recrimina el pasado, sino que les renueva su benevolencia. No piensan más en sí mismos y en sus fallos, sino que se sienten atraídos por sus ojos, donde no hay severidad, sino misericordia", ha asegurado.
En la homilía del Domingo de la Divina Misericordia que San Juan Pablo II instituyó el día de la canonización de Faustina Kowalska en el Gran Jubileo del año 2000, el Papa pidió a los fieles hacerse cargo de las "llagas del prójimo" y derramar en ella "misericordia" para que renazca "una esperanza nueva, que consuela en la fatiga".
Así, aseguró que el perdón en la Iglesia "debe llegar por medio de la humilde bondad de un confesor misericordioso, que sabe que no es el poseedor de un poder, sino un canal de la misericordia, que derrama sobre los demás el perdón del que él mismo ha sido el primer beneficiado".
El pontífice afirmó también que, de diferentes maneras, Dios hace sentir a las personas "el abrazo de su misericordia, una alegría que nace de recibir el perdón y la paz". Y ha manifestado: "Desde los ojos de quienes son probados por la vida, Jesús nos mira con misericordia y nos repite: ¡La paz esté con ustedes!"
De este modo, incidió en que "la Iglesia ha sido constituida por Jesús como una comunidad dispensadora de misericordia, signo e instrumento de reconciliación para la humanidad".
En otro momento, saliéndose del discurso que tenía preparado, el Papa reveló que le gusta pensar "en la presencia de la Virgen entre los apóstoles" como pasó después de Pentecostés. Y tras condenar "los chismes" y la costumbre de hablar mal de los demás porque son instrumentos que "matan" instó a pensar en ella "como la Madre de la Iglesia" y como "la Madre de la Misericordia" para que ayude a los sacerdotes a seguir adelante su "hermoso" ministerio.
Finalmente, invitó a preguntarse si en este último tiempo "hemos tocado las llagas de alguien que sufra en el cuerpo o en el espíritu; si hemos llevado paz a un cuerpo herido o a un espíritu quebrantado; si hemos dedicado un poco de tiempo a escuchar, acompañar y consolar".