El Papa firma la Carta Apostólica “Sacrae Scripturae affectus” para impulsar el amor hacia la Biblia
El Santo Padre, en el 16° centenario de la muerte de San Jerónimo, ha firmado la carta "Amor a la Sagrada Escritura"
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El Papa ha firmado este miércoles la carta apostólica 'Sacrae Scripturae affectus', del latín 'Amor a la Sagrada Escritura' para fomentar el amor a la Biblia por parte de los fieles cuando se cumple 16° centenario de la muerte de San Jerónimo, el primer traductor de la Biblia, reconocido universalmente por trasladar su mensaje del latín, usado sólo por una minoría erudita, al latín vulgar que se hablaba en las calles.
"El ejemplo de este gran Doctor y Padre de la Iglesia, que puso la Biblia en el centro de su vida despertará en todos un renovado amor por la Sagrada Escritura y el deseo de vivir en diálogo personal con la Palabra de Dios", ha señalado Francisco durante la audiencia general de este miércoles.
Las palabras del Santo Padre en la Audiencia General
El pontífice instituyó el 'Domingo de la Palabra de Dios' que la Iglesia celebrará cada tercer Domingo del Tiempo Ordinario y que este año fue el 26 de enero de 2020.
En la Audiencia general de este miércoles 30 de septiembre, Papa Francisco recordó el camino recorrido durante las catequesis de estos meses sobre cómo sanar el mundo que sufre “por un malestar que la pandemia ha evidenciado y acentuado”.
La dignidad, la solidaridad y la subsidiaridad, recordó el Santo Padre en el Patio de San Dámaso, son “vías indispensables para promover la dignidad humana y el bien común”, anclados en los principios de la doctrina social de la Iglesia, guiados por la fe, la esperanza y la caridad. Como discípulos de Jesús, ha propuesto esta mañana “seguir sus pasos optando por los pobres, repensando el uso de los bienes y cuidando la casa común”.
El Santo Padre invitó a contemplar y apreciar la belleza de cada ser humano y de cada criatura, porque “cada uno de nosotros es querido, cada uno es amado, cada uno es necesario” y “cada criatura tiene algo que decirnos de Dios creador”. De este modo, “podremos contribuir a la nueva sanación de las relaciones con nuestros dones y nuestras capacidades”.