El Papa Francisco, en la Audiencia General: "La humildad es el camino maestro de la vida cristiana"

Faltan ya 10 días para vivir la Navidad y el Papa Francisco ha entrado este miércoles, en la tradicional Audiencia General, en la fase final de “este recorrido de catequesis sobre el discernimiento”.

Tras reflexionar la semana pasada sobre “la confirmación de la elección hecha”, el Santo Padre ha considerado necesario analizar una actitud esencial “para que no se pierda todo el trabajo realizado para discernir lo mejor y tomar la decisión correcta: la actitud de la vigilancia”. “Todos necesitamos esta actitud para que el proceso de discernimiento llegue a buen término”, ha afirmado el Papa en la Audiencia General de este miércoles.

“La vigilancia - según el Santo Padre - es la disposición de alma de los cristianos que esperan la venida final de Señor; pero se puede entender también como la actitud ordinaria para tener en la conducta de vida, de forma que nuestras buenas elecciones, realizadas a veces después de un arduo discernimiento, puedan proseguir de forma perseverante y coherente y dar fruto”. Francisco ha subrayado que el “mal espíritu […] espera precisamente el momento en el que estamos demasiados seguros de nosotros mismos, cuando todo va bien, cuando las cosas van en alza”.

“Cuando confiamos demasiado en nosotros mismos y no en la gracia de Dios, entonces el Maligno encuentra la puerta abierta”, ha dicho el Papa.

Francisco ha lamentado que esto sucede también en los que hacen un buen discernimiento: “Cada uno puede también verificarlo pensando en la propia historia personal. No basta con hacer un buen discernimiento y realizar una buena elección. Es necesario permanecer vigilantes. La vigilancia es signo de sabiduría, es signo sobre todo de humildad, que es el camino maestro de la vida cristiana”.

Al final de la Audiencia General, el Papa ha invitado a vivir con mayor sobriedad la Navidad, para enviar lo que ahorremos a Ucrania, que “está sufriendo tanto y necesita medicinas y abrigo. Navidad con el Niño Dios, sí, pero con Ucrania en el corazón”.