El Papa Francisco descansa en Ulán Bator y este sábado empieza su intensa agenda en Mongolia
El Santo Padre se reunirá, primero con las Autoridades, la Sociedad Civil y el Cuerpo Diplomático, y luego con la vida religiosa que se encuentra en Mongolia
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Un fin de semana para la historia comienza. Tras casi diez horas de vuelo, el Papa Francisco ha aterrizado en el aeropuerto Gengis Khan de Ulán Bator. Al poner pie en suelo de Mongolia, le han ofrecido una copa de yogur seco, la máxima señal de hospitalidad en el país. La ceremonia oficial de bienvenida tendrá lugar mañana, sábado 2 de agosto.
Durante el vuelo, el Papa ha reconocido las dificultades de la diplomacia vaticana en tiempos de guerra, en alusión al reciente malentendido tras sus palabras a un grupo de jóvenes rusos. Francisco ya es el primer Papa que pisa suelo mongol. Después Francisco ha ido directamente a descansar a la prefectura, la residencia del prefecto de Ulán Bator, el cardenal Giorgio Marengo, ya que el Vaticano no cuenta con una Nunciatura Apostólica en el país.
La agenda del Papa Francisco en Mongolia
Este sábado estará dedicado a las tradicionales citas institucionales: por la mañana con las autoridades civiles, entre ellos el presidente y el primer ministro y por la tarde con obispos, sacerdotes, misioneros consagrados, cerca de unos 80 en todo el país, donde hay tan solo 9 parroquias, 4 de ellas en la capital donde se concentra el 40 por ciento de la población de este Estado, uno de los más despoblados del mundo.
Francisco se reunirá con el clero en la catedral de San Pedro y Pablo, construida en el siglo XX con una estructura que recuerda a las yurtas, las típicas tiendas circulares de Asía central construidas así para refugiarse del frio y los fuertes vientos de las estepas, y donde se encuentra una estatua de la Virgen encontrada por una mujer entre la basura años atrás, luego entronizada y venerada como Madre del Cielo.
Las palabras del Papa durante el vuelo
En el vuelo, Bergoglio dialogó con unos 70 periodistas de todo el mundo que le acompañaban, les agradeció su labor y pronunció una breve reflexión. El Papa consideró durante el vuelo que "ir a Mongolia es ir a un pueblo pequeño en una tierra grande": "Este país parece no tener fin y sus habitantes son pocos, un pueblo pequeño con una gran cultura". También cree "que nos hará bien comprender este silencio, tan largo, tan grande, a entender lo que significa, pero no intelectualmente, entenderlo con los sentidos".
El Papa aconsejó además escuchar al compositor ruso Aleksandr Borodín que fue "capaz de describir la grandeza y la extensión de Mongolia".
Según ha informado la Oficina de Prensa de la Santa Sede, esta tarde, antes de abandonar la Casa Santa Marta para dirigirse al aeropuerto, el Papa Francisco ha saludado a 12 jóvenes de diversas nacionalidades, huéspedes del Dormitorio 'Don de la Misericordia', que en los últimos días han ayudado al Dicasterio para la Caridad en los preparativos para el envío de alimentos a Ucrania.
Fortalecer e impulsar a la pequeña pero vigorosa comunidad católica
Con este 43º Viaje Apostólico, una vez más, el Papa Francisco desea fortalecer e impulsar a la pequeña pero vigorosa comunidad católica, fruto de décadas de trabajo misionero en un país de mayoría budista, donde el diálogo interreligioso ha demostrado ser clave para fomentar la libertad religiosa y permitir la expansión del catolicismo.
Por este motivo el domingo, 3 de septiembre, la agenda del Papa Francisco estará marcada por un Encuentro Ecuménico e Interreligioso, actividad en la que está muy implicada la Iglesia desde que llegó a Mongolia.
En este importante encuentro participarán representantes del chamanismo, el sintoísmo, el budismo, el islam, el judaísmo, el hinduismo y otras confesiones junto a observadores gubernamentales y miembros del mundo universitario
El eslogan elegido para simbolizar el espíritu de este viaje apostólico es “Esperando juntos”, dos palabras que subrayan una virtud específicamente cristiana (la esperanza), a la que se ha unido el adverbio ‘juntos’ para destacar la importancia de la cooperación mutua entre la Santa Sede y Mongolia.