El Papa pide a los empresarios no ceder a las obligaciones financieras: "El bien común es la prioridad"
Francisco recibió este viernes a una delegación de noventa empresarios de Francia con motivo de su peregrinación a Roma sobre el tema del bien común
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El Papa Francisco recibió este viernes, 7 de enero, a un grupo de 90 empresarios procedentes de Francia, que viajaron en peregrinación a Roma.
Tras agradecer las palabras del arzobispo Dominique Rey, obispo de Fréjus-Toulon que acompañaba a este grupo, el Papa afirmó que le parece muy bello y valeroso que, “en el mundo actual, a menudo marcado por el individualismo, la indiferencia e incluso la marginación de las personas más vulnerables, algunos empresarios y líderes empresariales tengan en su corazón el servicio de todos y no sólo de los intereses privados o de los círculos restringidos”.
Francisco aprovechó la ocasión para compartir algunas enseñanzas del Evangelio a fin de “ayudarlos a desarrollar su papel de líderes según el corazón de Dios”.
Ideal y realidad
Tomando dos binomios, dos pares de conceptos “que parecen estar siempre en tensión, pero que el cristiano, ayudado por la gracia, puede unificar en su propia vida”, el Pontífice se refirió a los temas de: “ideal y realidad; autoridad y servicio”.
Relatando que hace unos días evocaba ese "choque” que todo cristiano experimenta a menudo “entre el ideal que sueña y la realidad que encuentra”, el Papa, refiriéndose a la Virgen María – quien se vio “obligada a dar a luz al Hijo de Dios en la pobreza de un establo” – aludió glosando su homilía del primer día del año dijo: “Esperamos que todo vaya bien y después llega un problema inesperado, como un rayo. Y se produce un choque doloroso entre las expectativas y la realidad".
Por lo tanto: “La búsqueda del bien común es para ustedes un motivo de preocupación, un ideal en el marco de sus responsabilidades profesionales. Por lo tanto, el bien común es ciertamente un elemento determinante en su discernimiento y de sus elecciones como como dirigentes, pero debe ajustarse a las obligaciones impuestas por los sistemas económicos y financieros vigentes, que a menudo no tienen en cuenta los principios evangélicos de la justicia social y de la caridad”
De ahí que el Papa haya dicho que se imagina que su tarea les pese, y que su conciencia “entre en conflicto” cuando el ideal de justicia y de bien común que querrían alcanzar no ha podido realizarse, y que “la dura realidad” se les presente como una “falta, un retroceso, un remordimiento, un choque”. Por esta razón afirmó Francisco: “Es importante que puedan superar esto y vivirlo con fe, para poder perseverar y no desanimarse”.
Autoridad y servicio
El segundo binomio al que se refirió el Obispo de Roma fue el de “autoridad y servicio”. En este punto el Papa recordó que “la misión del dirigente cristiano se asemeja, en muchos aspectos, a la del pastor, del que Jesús es el modelo, y que sabe ir delante del rebaño para indicar el camino, sabe estar en el medio para ver lo que ocurre allí, y también sabe estar detrás, para asegurarse de que nadie pierde el contacto”.
El Papa destacó que a menudo exhorta a los sacerdotes y a los obispos a tener “el olor de las ovejas, a sumergirse en la realidad de cuantos les han sido encomendados, conocerlos, hacerse cercanos a ellos. ¡Creo que este consejo también se aplica a ustedes!”, les dijo. Y añadió: “Por lo tanto, los animo a estar cerca de quienes colaboran con ustedes a todos los niveles: a interesarse por sus vidas, a darse cuenta de sus dificultades, de los sufrimientos, de las inquietudes, pero también de sus alegrías, de los proyectos y de las esperanzas”.
Cada parte del cuerpo es importante
"Ejercer la autoridad como un servicio requiere compartirla", subrayó el Papa. "Están invitados – les dijo – a poner en práctica la subsidiariedad con la que se valora la autonomía y la capacidad de iniciativa de todos, especialmente de los últimos", porque todas las partes de un cuerpo son necesarias, incluso las que parecen "más débiles y menos importantes". Así, "el dirigente cristiano está llamado a considerar con atención el lugar asignado a todas las personas de su empresa, incluidas aquellas cuyas funciones podrían parecer de menor importancia".
De ahí la exhortación final del Pontífice a "mantener la mirada fija en Jesucristo" con "la oferta del trabajo diario" y a no dudar a "invocar al Espíritu Santo para que guíe sus decisiones". Francisco se despidió con su bendición y pidiéndoles que, por favor, no se olviden de rezar por él.