El Papa pide los fieles "no señalar con el dedo" a los demás para llevar la palabra de Dios a "sus intereses"
Ante unas 20.000 personas, el Santo Padre ha oficiado la Santa Misa en Floriana, en el marco de su Viaje Apostólico a Malta: "Dios siempre perdona"
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El Papa Francisco ha alertado a los católicos sobre el mal que se produce con frecuencia en nuestra religiosidad , como es la hipocresía y “la mala costumbre de señalar con el dedo”. Un mal, ha remarcado el Santo Padre durante su homilía en la Santa Misa en Floriana (Malta) de este domingo, en el que caemos por “malinterpretar a Jesús”.
Ante unas 20.000 personas que han participado en la Eucaristía, Francisco hacía alusión al Evangelio de este domingo, 3 de abril, en que los fariseos entregaban ante Jesús a una mujer que había sido sorprendida por el adulterio. “Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. La ley de Moisés nos manda apedrear a las adúlteras; tú, ¿qué dices?”, le preguntaban al Maestro para así comprometerle.
Como respuesta, Jesús no dudó en defender a la mujer: “El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra”, y no fue condenada ni por sus acusadores ni por el Maestro.
El Pontífice extrae como enseñanza de este Evangelio el afán de tantas personas de no ver sus propios defectos y estar obsesionadas por descubrir los de los demás: “Así se presentan ante Jesús; no con el corazón abierto para escucharlo, sino para ponerlo a prueba y poder acusarlo. Es una actitud que refleja la interioridad de estas personas cultas y religiosas, que conocen las Escrituras, asisten al templo, pero todo ello lo subordinan a sus propios intereses, y no combaten contra los pensamientos maliciosos que se agitan en sus corazones”, explica el obispo de Roma en la homilía.
Para evitar esta actitud desafiante hacia Jesús, llama a los fieles a mirar al prójimo con amor y misericordia, al igual que lo hace el Mesías: En realidad, el que cree que defiende la fe señalando con el dedo a los demás tendrá incluso una visión religiosa, pero no abraza el espíritu del Evangelio, porque olvida la misericordia, que es el corazón de Dios”, ha expresado.
Francisco ha continuado afeando la actitud de estos fariseos que tienen una actitud inaceptable hacia la mujer adúltera, asegurando que “son el retrato de esos creyentes de todos los tiempos, que hacen de la fe un elemento de fachada, donde lo que se resalta es la exterioridad solemne, pero falta la pobreza interior, que es el tesoro más valioso del hombre. Para Jesús, en efecto, lo que cuenta es la apertura y disponibilidad del que no siente que haya alcanzado la meta, sino más bien que está necesitado de salvación”.
Jesús, a diferencia de los acusadores, rehabilita completamente a la mujer, devolviéndole así la esperanza. Su vida cambió gracias al perdón. De esta manera, el Santo Padre pide a la comunidad católica que “nos convirtamos en testigos incansables de la reconciliación, de un Dios para el que no existe la palabra 'irrecuperable'; de un Dios que siempre perdona, que sigue creyendo en nosotros y nos brinda a cada momento la posibilidad de volver a empezar. No hay pecado o fracaso que al presentarlo a Él no pueda convertirse en ocasión para iniciar una vida nueva, diferente, en el signo de la misericordia”, ha manifestado en la homilía.