El Papa pide el reconocimiento de una ''deuda ecológica'' con los países del Sur e insulares
Francisco intervino en la cumbre sobre el clima en el Vaticano exigiendo cambios en la forma de producción para cuidar la Casa Común
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El Papa Francisco ha intervenido en la cumbre sobre el clima que se celebra estos días en el Vaticano. Ante miembros de las academias pontificas de las ciencias y alcaldes como el de Roma, Sao Paolo, Londres o París, defendió que las poblaciones más pobres deben ''recibir un mayor apoyo y protección". Se refiere a los países del "Sur del mundo y los Estados insulares", a los que se les debe "ayudar a la mitigación del cambio climático". Son los países más afectados por las catástrofes climáticas. "Debe desarrollarse una nueva arquitectura financiera que responda a las necesidades'' de estas regiones.
Esta cumbre está centrada en crisis energéticas y alimentarias, en bsucaar ''mejores prácticas''. No es extraño que Francisco impulse convocatorias como esta tras haber compuesto las encíclicas 'Laudato si' y 'Laudate Deum', dedicadas a la ecología integral. Un concepto que define así el Vaticano: "entender los retos científicos y sociales del cambio climático y recomendar soluciones para que las personas y los ecosistemas sean resilientes".
Los países pobres suponen el 10% de la contaminación mundial, pero son los que más la sufren
El Santo Padre pide que se reconozca "una especie de 'deuda ecológica'" con estos lugares que "tienen muy poco que ver con las emisiones contaminantes". De hecho, sostuvo que "Las naciones del G20 son responsables del 80 % de estas emisiones", y en el cambio climático "las mujeres y los niños soportan una carga desproporcionada". Indica que esta 'deuda ecológica' se reconozca en una nueva Carta Financiera Global en 2025.
Francisco quiso aportar estos datos: "Los 3.000 millones de personas más pobres contribuyen con menos del 10 %, pero soportan el 75% de las pérdidas resultantes. Los 46 países menos desarrollados, en su mayoría africanos, representan solo el 1% de las emisiones mundiales de CO2". Por ello, pide reducir emisiones, educar ''sobre estilos de vida'' y dar soluciones basadas en la naturaleza. Y aunque el camino sea ''difícil y está plagado de peligros" pero recordó que "la contaminación atmosférica mata prematuramente millones de vidas cada año".
Pide "un enfoque universal y una acción rápida y decidida", así como "invertir la curva del calentamiento" y "eliminar las grandes cantidades de dióxido de carbono de la atmósfera mediante una gestión medioambiental que abarque varias generaciones". Y avisa de que "es necesario actuar con urgencia, compasión y determinación, porque la apuesta no podría ser mayor".