Pizzaballa, tajante sobre la guerra en Tierra Santa: "Es hora de detener esta violencia sin sentido"
El Patriarca latino ha enviado una carta a los fieles de su diócesis: "Estamos atravesando uno de los períodos más difíciles y dolorosos de nuestra historia reciente"
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Este viernes, 27 de octubre, se celebrará en todo el mundo la segunda jornada de ayuno, oración y penitencia por la paz en Tierra Santa y el cardenal Pierbattista Pizzaballa, patriarca latino de Jerusalén, ha enviado una carta a los fieles de su diócesis invitando a unirse a esta jornada.
"Estamos atravesando uno de los períodos más difíciles y dolorosos de nuestra historia reciente – escribe el cardenal – ya que desde hace más de dos semanas nos inundan imágenes de horrores, que han reavivado antiguos traumas, abierto nuevas heridas y hecho estallar en nuestro interior el dolor, la frustración y la rabia y mucho a nuestro alrededor parece hablar de muerte y de odio sin fin".
"Muchos son los pensamientos que cruzan nuestra mente, aumentando nuestra sensación de desconcierto", continua el cardenal, y "en este estruendo en el que el ruido ensordecedor de las bombas se mezcla con las muchas voces del sufrimiento", es necesario recordar y volver al Evangelio. Pizzaballa afirma que es su conciencia y su deber moral, "afirmar claramente que lo que sucedió el 7 de octubre en el sur de Israel", con los atentados de Hamás que mataron a cientos de civiles, "no es en absoluto admisible y no podemos sino condenarlo". "No hay ninguna razón para semejante atrocidad", ha dicho el cardenal, "y tenemos el deber de afirmarlo y denunciarlo".
"El uso de la violencia no es compatible con el Evangelio y no conduce a la paz", porque "la vida de toda persona humana tiene la misma dignidad ante Dios, que nos creó a todos a su imagen y semejanza".
"La misma conciencia", ha añadido Pizzaballa, "con un gran peso en el corazón, me lleva a afirmar hoy con la misma claridad que este nuevo ciclo de violencia ha provocado en Gaza más de cinco mil muertos, entre ellos muchas mujeres y niños, decenas de miles de heridos, barrios arrasados y la falta de medicinas, agua y productos de primera necesidad para más de dos millones de personas. Son tragedias que no se pueden entender y que tenemos el deber de denunciar y condenar sin reservas. Los continuos e intensos bombardeos que desde hace días llueven sobre Gaza solo causarán más muerte y destrucción y solo aumentarán el odio y el resentimiento. No resolverá ningún problema, sino que creará otros nuevos".
"Es hora de poner fin a esta guerra, a esta violencia sin sentido", ha afirmado el Patriarca: "Solo poniendo fin a décadas de ocupación y a sus trágicas consecuencias, y dando una perspectiva nacional clara y segura al pueblo palestino, será posible iniciar un proceso de paz serio".
"A menos que este problema se resuelva de raíz, nunca habrá la estabilidad que todos esperamos. La tragedia de estos días debe llevarnos a todos, religiosos, políticos, sociedad civil, comunidad internacional, a un compromiso más serio de lo que se ha hecho hasta ahora. Solo así podremos evitar otras tragedias como la que estamos viviendo. Se lo debemos a las numerosas víctimas de estos días y de los años pasados", ha continuado Pizzaballa, "y no tenemos derecho a dejar esta tarea a otros".
"Hace falta valor para pedir justicia sin sembrar el odio" y "queremos pedir a Dios este valor", ha escrito Pizzaballa, dirigiendo su oración a todos y en particular a la pequeña comunidad cristiana de Gaza.
Su pensamiento se dirige además después que 18 víctimas cristianas murieron en el derrumbe de una sala de la parroquia griega ortodoxa de San Porfirio y a sus familias: "Su dolor es grande, pero cada día que pasa me doy cuenta de que están en paz. Están asustados, conmocionados, alterados, pero con paz en sus corazones. Todos estamos con ellos, en oración y solidaridad concreta, agradeciéndoles su hermoso testimonio".