La CEE celebra la primera jornada de coordinación de las Oficinas diocesanas para la protección de menores

El pasado 15 de septiembre, la Conferencia Episcopal Española (CEE) celebró la primera Jornada de responsables de las Ofinicas diocesanas dedicadas a la protección de menores y prevención de abusos. Desde ahora, estas áreas diocesanas contarán con un grupo de asesoramiento en la sede de la Iglesia española para atender a sus solicitudes o requerimientos concretos.

Mons. Luis Argüello, secretario general de la CEE y obispo auxiliar de Valladolid, fue el encargado de presentar el encuentro, así como de clausurarlo. A la jornada asistieron representantes de todas las diócesis de España.

Tras la inauguración del evento, los participantes aportaron sus modelos de trabajo en esta área, explicando su forma de funcionamiento y sus frutos.

La Asamblea Plenaria del pasado mes de abril aprobó la creación de un servicio de asesoramiento para las oficinas diocesanas de protección de menores. Esta herramienta de ayuda a los responsables diocesanos de este ámbito se activó en vistas a asistir la actividad relativa a la protección de los menores y la prevención de casos de abuso.

La Iglesia, comprometida contra los abusos a menores

Desde junio de 2020, todas las diócesis tienen establecidos protocolos destinados a la protección y seguridad integral de los menores, de cara a presentar denuncias por delitos de abusos. Esta iniciativa fue llevada a cabo en coordinación con el Vaticano, concretamente con la Congregación para la Doctrina de la Fe.

Del mismo modo, los obispos españoles, en las distintas Asambleas Plenarias, han ido trazando, unas líneas comunes de trabajo siguiendo las directrices establecidas por la Santa Sede, que luego se concretan en las oficinas diocesanas y metropolitanas de denuncias de abusos sexuales a menores y a personas vulnerables.

Las claves ante los casos de abusos a menores y personas vulnerables son seguramente la acogida, la escucha, la prevención y la formación. El compromiso es el de cuidar y educar, siempre con respeto y ejerciendo su ministerio; proteger y a cualquier menor o adulto vulnerable; crear comunidades seguras donde haya una vigilancia informada sobre los peligros del abuso.