ÁNGELUS 18 MARZO 2018
Francisco invoca a María al pie de la Cruz y agradece su viaje a Pietrelcina
Miles de peregrinos han asistido esta mediodía al rezo del Ángelus del Papa Francisco en este 18 de marzo, víspera de San José y V Domingo del Tiempo de Cuaresma, ya en los prolegómenos de la Semana Santa. En su alocución el Pontífice se refirió al Evangelio de esta jornada en la que Cristo se presenta como el grano de trigo que muere para dar el fruto de la vida.
Madrid - Publicado el - Actualizado
2 min lectura
Introduciendo el rezo del Ángelus, del V Domingo de Cuaresma, el Papa Francisco invocó a «la Virgen María, que ha tenido siempre la mirada de su corazón fijada en su Hijo – desde el pesebre de Belén, hasta la cruz en el Calvario, para que nos ayude a encontrarlo y conocerlo, así como Él quiere, para que podamos vivir iluminados por Él, y llevar al mundo frutos de justicia y de paz».
El Papa hizo hincapié en las palabras de Jesús, con el Evangelio de hoy, según San Juan (12, 20-33):
«Nos invita a dirigir nuestra mirada hacia el crucifijo, que no es un objeto ornamental o un accesorio de vestir - ¡a veces abusado! – sino un signo religioso que hay que contemplar y comprender.
En la imagen de Jesús crucificado se revela el misterio de la muerte del Hijo de Dios como supremo acto de amor, fuente de vida y salvación para la humanidad de todos los tiempos».
Jesús nos rescata de la esclavitud del pecado y nos dona una vida nueva reconciliada en el amor
Con las palabras que el Señor emplea para explicar el significado de su muerte y resurrección, el Obispo de Roma, subrayó que «Jesús quiere hacer comprender que su vivencia extrema – muerte y resurrección – es un acto de fecundidad, que dará mucho fruto para muchos. De esta manera se compara a sí mismo con el grano que muere en la tierra y genera vida nueva»:
«Con la Encarnación Jesús ha venido a la tierra; pero esto no basta: Él debe también morir, para rescatar a los hombres de la esclavitud del pecado y donarles una vida nueva reconciliada en el amor».
También nosotros sus discípulos estamos llamados a la ley pascual y a la caridad activa
«Este dinamismo del grano de trigo, que se cumple en Jesús, debe realizarse también en nosotros sus discípulos: estamos llamados a hacer nuestra la ley pascual del perder la vida para recibirla nueva y también eterna».
¿Y qué significa perder la vida? Significa pensar menos en sí mismos, en los intereses personales y saber ‘ver’ y salir al encuentro de las necesidades de nuestro prójimo, en especial de los últimos. Cumplir con alegría obras de caridad hacia cuantos sufren en el cuerpo y en el espíritu es el modo más auténtico de vivir el Evangelio, es el cimiento necesario para que nuestras comunidades crezcan en la fraternidad y en la acogida recíproca».
¡Quiero ver a Jesús, pero verlo desde dentro, desde sus llagas…!
Un saludo especial con el recuerdo del Padre Pío y de su peregrinación a Pietrelcina y San Giovanni Rotondo
Después de la oración a la Madre de Dios y del responso por los difuntos, el Papa saludó a los numerosos fieles romanos y peregrinos de tantos países que acudieron para la cita mariana dominical.
Y recordó su visita pastoral, en el marco del centenario de los estigmas y del 50 aniversario de la muerte del Padre Pío.