EEUU recuerda la figura de Fray Junípero Serra un año después del derribo de algunas de sus estatuas

Este jueves, 1 de julio, la Iglesia celebró la memoria de Fray Junípero Serra, evangelizador franciscano de California (Estados Unidos), beatificado por San Juan Pablo II en el año 1988 y canonizado por el Papa Francisco en 2015.

A muchas personas seguramente les sonará este nombre a raíz de los disturbios que tuvieron lugar el pasado año en Estados Unidos, cuando algunos manifestantes derribaron una estatua del santo en las ciudades de San Francisco y Los Ángeles, dejando varias pintadas difamatorias. También ocurrió lo propio en la Basílica de Sant Francesc en Palma de Mallorca -su lugar de nacimiento-, cuando la estatua fue vandalizada con una pintada roja bajo el insulto de "racista".

Sin embargo, lejos de la figura de genocida o racista que intentan achacar a Fray Junípero Serra, lo cierto es que esta concepción no podía estar más alejada de la realidad. No en vano, el fraile mallorquín es el único santo que cuenta con una estatua dentro del Capitolio de los Estados Unidos, junto a los monumentos de otros personajes ilustres del país.

Una vida entregada a Dios y a la evangelización de los indígenas

Junípero Serra nace en Palma de Mallorca en el año 1713. A los 16 años se embarca con otros veinte misioneros rumbo al Virreinato de Nueva España, la actual México.

Allí desarrolló su labor en el Colegio de Misioneros de San Fernando. Después de seis meses recibió la aprobación del Virrey para iniciar su misión en Sierra Gorda, un territorio montañoso que se resistia a la presencia de los franciscanos. Permanece en este lugar durante los siguientes nueve años.

En 1767, debido a la expulsión de los jesuitas de todos los territorios de España por decreto de Carlos III, las misiones y su población pasan a depender de algunos misioneros franciscanos, que estarían liderados por Fray Junípero. En total, Fray Junípero Serra fundó nueve misiones en la Alta California y presidió otras quince.

Además del anuncio del Evangelio a los indígenas, los franciscanos les enseñaron nociones de agricultura, ganadería y albañilería. También les proveían de semillas y animales para abastecerse y les ayudaban en los trabajos agrícolas.

Finalmente, Fray Junípero falleció en la Misión de San Carlos Borromeo (Monterrey, California) el 28 de agosto de 1784. En la homilía de la Misa de canonización, el Papa Francisco señaló que el fraile “tuvo un lema que inspiró sus pasos y que plasmó en su vida. Supo decir, pero especialmente supo vivir diciendo: 'siempre adelante'".