La Iglesia en Myanmar llama a la paz ante la ola de represión en el país: "El poder proviene del servicio"
El arzobispo de Yangon expresó su rechazo por las medidas instauradas por los militares, que se hicieron con el poder en el país tras el golpe de estado del 1 de febrero
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Myanmar se encuentra inmersa en los continuos combates armados, instigados por las diferentes guerrillas urbanas presentes en diferentes puntos del país. Desde hace meses, las fuerzas gubernamentales y los grupos rebeldes se enfrentan diariamente en los municipios de Yangon y Mandalay.
Ante esta situación, agravada por la pandemia de la covid-19, el cardenal Charles Maung Bo, arzobispo de Yangon y presidente de la Conferencia de Obipos Católicos de Myanmar, pronunció una homilía el pasado 22 de agosto en la que declaraba que "un gobierno que no obtiene su legitimidad del pueblo, no tiene legitimidad ante Dios".
En este sentido, el purpurado se refirió al Papa Francisco, que en diversas ocasiones ha explicado que el poder "proviene del servicio. No imponiendo el poder a la fuerza sobre los inocentes". También expresó que el gobierno y el pueblo deben tener una visión conjunta de país, y que esta visión no debe ser instaurada por una de las partes: "La nación debe construirse sobre la justicia. Todo lo demás es idolatría".
Del mismo modo, el cardenal condenó la forma en que se ha dirigido el país durante los últimos años, siendo guiado por "intereses egoístas", cuando la nación había sido construída sobre "el gran sueño de la paz y prosperidad para todos".
"Durante las últimas siete décadas, estos adoradores de ídolos han robado el ideal de una nación construida sobre la base de la paz y la prosperidad para todos. Un sueño se ha convertido en una pesadilla", lamentó el arzobispo durante la homilía, al tiempo que expresaba su rechazo por la gran cantidad de víctimas mortales, fruto de los conflictos armados.
La situación de Myanmar ante el crecimiento de grupos insurgentes
Los grupos insurgentes tienen su origen en el pasado 1 de febrero, cuando un golpe de estado llevado a cabo por el ejército derrocó al gobierno democrático y provocó una grave agitación política y social, derivando en protestas diarias contra el actual régimen.
La represión del ejército ha derivado en la entrada forzosa en diferentes casas con el objetivo de arrestar a los miembros y simpatizantes de la Liga Nacional para la Democracia, partido ilegalizado y opositor al gobierno militar. De hecho, desde el golpe de estado, los soldados han asesinado a más de 1.000 civiles.
La situación sanitaria tampoco resulta favorable. Myanmar sufre gravemente la crisis de la covid-19, que provoca actualmente una media de 4.000 contagios al día. En este sentido, el cardenal Bo elogió la labor del personal sanitario por permanecer en primera línea contra el virus. En Myanmar, varios centros sanitarios son pertenecientes a instituciones religiosas católicas.