Los jesuitas de Latinoamérica impulsan una campaña de ayuda para la reconstrucción de Haití
El país se encuentra en una situación de grave inestabilidad social, después del asesinato de Jovenel Moise, el seísmo de 7,2 grados y el paso del huracán Matthew en solo dos meses
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Tras el terremoto del pasado 14 de agosto, que se llevó la vida de más de 2.000 personas, Haití se encuentra en una situación de grave inestabilidad social. A esto se suma la crisis política que ya existía, especialmente tras el asesinato en su domicilio del presidente del país caribeño, Jovenel Moise. Además, la situación de pobreza y corrupción que sufren los habitantes de la isla no contribuyen a mejorar las circunstancias.
Después del seísmo, los jesuitas salieron inmediatamente en ayuda de los haitianos, para ayudarles de la forma que les fuera posible y brindarles acompañamiento espiritual. Además, tomaron la iniciativa de ayudar a más de 600 familias a construir viviendas provisionales, con el objetivo de alojar a las familias.
En este contexto de desesperanza y ante la falta de recursos de la Compañía de Jesús en Haití, los jesuitas de Latinoamérica han impulsado, a través de su página web, una campaña de ayuda económica con la intención de impulsar su labor de reconstrucción en el país.
"Para que nuestro hermano país de Haití pueda salir adelante necesitamos el aporte de todos y todas. Por ello te invitamos a ponerte en contacto con la Oficina de Desarrollo, de la Compañía de Jesús, presente en tu país", se explica en la nota publicada por los jesuitas.
La Iglesia católica, volcada en solidaridad con los haitianos
La situación en el país caribeño no ha pasado desapercibido para la Iglesia universal. Desde España, la asociación 'Acoger y compartir' ha enviado un cargamento de ayuda humanitaria, consistente en comida, ropa y productos de primera necesidad, de forma que los haitianos puedan afrontar mejor la crisis que atraviesan en estos momentos.
Además, la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos apeló a la solidaridad de los fieles norteamericanos para organizar un cargamento de ayuda al país desde cada diócesis. También se organizó una recaudación de fondos, destinada a contribuir con los trabajos llevados a cabo por la ONG Catholic Relief Services, la institución estadounidense de Cáritas.