El año del Papa Francisco: 2013 y también 2014, por Jesús de las Heras

El año del Papa Francisco: 2013 y también 2014, por Jesús de las Heras

Jesús de las Heras

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El año del Papa Francisco: 2013 y también 2014, por Jesús de las Heras

2013 ha sido el año del Papa Francisco. Las siembras de este año y sus primeros frutos auguran que 2014 será también el año del Papa venido casi del fin del mundo.

Nuevas reuniones de la Comisión de Cardenales para la reforma de la Curia, creación de nuevos cardenales, visita ad limina de obispos (entre ellos, los españoles de finales de febrero a primeros de marzo), importantes nombramientos episcopales pendientes (La Habana, Santo Domingo, Madrid, Colonia, Barcelona, Maguncia, Chicago, Palermo, Bolonia, dentro de la Curia…), las canonizaciones de Juan XXIII y de Juan Pablo II, la posible beatificación de Pablo VI, la más que probable peregrinación a Tierra Santa a finales de mayo y su encuentro en Jerusalén con Bartolomé I, el Sínodo extraordinario de los Obispos sobre la familia son solo algunas de las citas seguras en su agenda.

La siembra de 2013

No obstante, todo comenzó en 2013…. Y es que si todos los años en que hay cónclave, es decir, relevo al frente de la Sede de Pedro, son, para la Iglesia, y también, en mayor o en menor medida, para la entera humanidad, históricos y transcendentales, 2013 lo ha sido especial, extraordinaria, inequívoca, gozosamente.

Los periodistas abusamos, con demasiada frecuencia, a la hora de calificar como históricos distintos acontecimientos. No exageramos, no exagero, ahora al considerar como histórico y como excepcional el año eclesial 2013 y, en particular, las fechas del lunes 11 de febrero, a media mañana, y la del miércoles 13 de marzo, pasada la media tarde, con epicentro común en Roma y un mismo protagonista, el Romano Pontífice.

En recientes declaraciones, el padre Federico Lombardi, director de la Sala de Prensa de la Santa Sede, ha manifestado su convicción de que ya nada será igual en la Iglesia tras la renuncia, pasadas las once y media de la mañana del lunes 11 de febrero de 2013, del Papa Benedicto XVI. El Papa maestro, el Papa sabio, el Papa humilde trabajador de la viña del Señor, se convertía en esa hora y en ese día en el Papa peregrino y en el Papa profeta. En los umbrales de sus 86 años de edad, el entrañable y venerable Benedicto XVI, que nos donó casi ocho espléndidos, luminosos y complejos años, entraba definitivamente en la historia con un gesto cargado de generosidad, sabiduría, servicialidad, profecía y don de lo Alto. Su renuncia, tal cual inédita a lo largo de la historia de la Iglesia, situaba a esta en una nueva dimensión, en una nueva encrucijada, en un futuro ya presente, donde nada será ya igual que antes. Con ella, el Papa Joseph Ratzinger nos ofrecía un precioso y hasta tal vez preciso testimonio evangélico y evangelizador y su penúltima lección magistral y sublime?

Un mes y dos días después, en el atardecer de una lluviosa y venturosa tarde romana, la sorpresa ?inmensa sorpresa- de la fumata blanca del cónclave volvía a situarse en el terreno de la Providencia. El cónclave demostraba que no es "cosa" de cábalas y de conjeturas terrenales, sino acción del Espíritu Santo. Cuando pasadas las ocho de la tarde de aquel miércoles 13 de marzo de 2013, el cardenal protodiácono anunciaba el nombre del nuevo Papa ?Jorge Mario Bergoglio, cardenal arzobispo de Buenos Aires, desde aquel momento Santo Padre Francisco– y este aparecía, tímido, quedo, humilde, por la balconada central de la basílica vaticana la historia de la Iglesia quedaba, de nuevo, uncida por el rocío de la gracia y "algo nuevo estaba naciendo, ¿no lo notáis?"?

Diez apasionantes meses de vértigo

Desde entonces se han sucedido diez meses de vértigo, de sorpresas, de gestos, de símbolos, de palabras y más que palabras. De gracia, sí, y de bendición de Dios. Su "¡cómo me gustaría una Iglesia pobre y para los pobres!", frase pronunciada ante varios miles de periodistas, en la mañana del sábado 16 de marzo, se ha convertido en un mucho que una frase, un lema o un eslogan. Es todo un programa, un proyecto, una realidad encarnada ya en primera persona por el nuevo Dulce Cristo ?el pobre de Nazaret- en la tierra, por el Sucesor de San Pedro. La llamada a la conversión personal y pastoral desde el Evangelio es su reclamo permanente. Jesucristo y su Evangelio son para Francisco la reforma la Iglesia, el criterio primero, último y hasta único para responder a un mundo que vive no solo en una época de cambios, sino, sobre todo, en un cambio de época.

Importan, sí, los cambios y las reformas en las estructuras y en las personas. Pero importan mucho menos que los cambios y las reformas en los corazones. Y la primera de las reformas la viene ya predicando y practicando en primera persona el mismo Papa Francisco con su manera humilde, sencilla, cercana, cordial, popular, generosa, pobre y evangélica de ejercer el ministerio apostólico petrino.

El semanario norteamericano Time, el diario francés Le Monde y el británico Financial Times han elegido al Papa Francisco personaje del año, a la que he sumando el mismísimo Justin Welby, nuevo primado de la Comunión Anglicana. No era difícil la elección, esta elección? Y no ha habido periódico, emisora de radio o de televisión o portal de internet que a la hora de hacer el balance del año recién concluido no haya incluido a Francisco entre las principales acontecimientos de 2013. El 85% de los franceses apoyaban incondicionalmente al nuevo Papa y en España, según datos del CIS, el "efecto Francisco" se ha traducido a mayores niveles de aceptación de la Iglesia y de la misma práctica religiosa. Las calles de Roma se colapsan los domingos y miércoles con ocasión de los actos públicos del Santo Padre, y hablar y comentar sobre él es tema habitual de tertulias mediáticas y ciudadanas. En numerosas ocasiones a lo largo de este ya casi año, Francisco ha roto las poderosas agendas informativas de los medios de comunicación y ha irrumpido con fuerza en sus portadas y en sus contenidos.

Pero, ¿qué es lo ha pasado?

Sí, ¿qué es lo ha pasado? Su misma elección fue ya un acontecimiento: argentino, latinoamericano, jesuita, de 76 años, y que tomaba el nombre de Francisco ?por primera vez en la historia- eran ingredientes básicos para la sorpresa. Sus primeras palabras, su gesto de inclinarse para recibir la bendición de Dios acompañado por la plegaria en silencio del pueblo fiel y sus primeros y tan pródigos pasos ?todos en la misma dirección hacia los pobres, la austeridad, la autenticidad y las periferias conmovieron por doquier e inauguraron una cadena ininterrumpida de gestos, de gestos evangélicos para más señas.

La Iglesia pobre y para los pobres con la que Francisco sueña se ha ido traduciendo también en estos meses en Iglesia en camino; en Iglesia sinodal; en Iglesia en discernimiento; en Iglesia de puertas abiertas, madre y acogedora, no aduana; en Iglesia peregrina, entre y con discípulos, de Emaús hacia Jerusalén; en Iglesia samaritana; en Iglesia con olor a grey, a oveja y a humanidad;, en Iglesia discípula y misionera, siempre misionera, siempre discípula: en Iglesia ni autorreferencial, ni ensimismada, ni triunfalista, ni pesimista, ni controladora sino dispensadora de la ternura y de la misericordia del Dios que tanto ama y cuyos apellidos son, somos, los de todos y cada uno de sus hijos; en Iglesia alegre y callejera que hace lío?; en Iglesia libre de componendas, ataduras y categorías humanas y mundanas; en Iglesia de periferias, de barrios, de suburbios, de villas y favelas? En Iglesia, en suma, más de Jesucristo y de su Evangelio.

Y Francisco, además, lo hace no contra nadie, sino para todos y por todos. Francisco habla y busca la comunión. No son criterios hermenéuticos adecuados y válidos para entender lo que está pasando ?ese algo nuevo que está naciendo- la comparación, el mirar al pasado reivindicativamente o pensar que ahora sí y antes no? Sí Juan XXIII fue el Papa bueno y del pueblo, que abrió a la Iglesia a la ternura y a la primavera del Concilio Vaticano II; si Pablo VI fue el Papa del diálogo con una compleja y cambiante humanidad, que se dejó los girones del alma y del cuerpo en pro del Evangelio y del hombre de contemporáneo; si a Juan Pablo I le bastaron 33 días para iluminarnos e interpelarnos a todos con su sencillez, su humildad, su don de catequizar y su sonrisa; si Juan Pablo II fue el bendito atleta de Dios que recorrió, cuál un San Pablo del siglo XX, todos los caminos del mundo y del hombre, llevando amor, evangelio y esperanza; si Benedicto XVI fue el teólogo, el catequeta, el maestro que nos confortaba y confirmaba en la verdad; Francisco, aunando y valorando tanto don y carisma, nos conmueve y emociona y, con el ejemplo, nos marca el camino de la pobreza, de la alegría y de la misión del Evangelio.

¡Demos gracias a Dios! Demos gracias, sí, a Dios, el único Señor de la Iglesia, del tiempo y de la historia. Él nos guía mediante la vida y el testimonio de hombres y pastores como Francisco y la extraordinaria pléyade de antecesores suyos de, al menos, el último siglo y medio.

Los datos, sí, los datos y los hechos

Una encíclica ?y a cuatro manos: las suyas y las de su antecesor-, "Lumen fidei" y una exhortación apostólica, "Evangelii gaudium", forman ya parte del magnífico legado doctrinal y pastoral del Papa Francisco. Junto a ello, el Papas de las reformas ha firmado estos decretos, bien en forma de quirógrafos o de cartas apostólicas dadas como motu proprio en aras y en orden a la reforma de la Iglesia: Quirógrafo para la institución de una pontificia comisión referente al Instituto para las Obras de Religión (IOR); Quirógrafo para la creación de una pontificia comisión referente sobre la estructura económico- administrativa de la Santa Sede; Quirógrafo para la creación de un consejo de cardenales para ayudar al Santo Padre en el gobierno de la Iglesia universal y estudiar un proyecto de revisión de la Curia Romana; Sobre la jurisdicción de las autoridades judiciales en materia penal y en materia de sanción administrativa; Contra el lavado de dinero, la financiación del terrorismo y la proliferación de armas de destrucción masiva; y Nuevo estatuto de la Autoridad de Información Financiera.

El Papa Francisco ha engrosado en 817 el número de los santos de la Iglesia: 813 mártires de Otranto (Italia), Laura de Santa de Siena Montoya Upegui (Colombia) y María Guadalupe García Zavala (México) y ha inscrito en este libro o catálogo de los mejores hijos de la Iglesia a la beata franciscana del medievo la ya Santa Ángela de Foligno y al jesuita de primerísima hora el ya San Pedro Fabro. Y ya está confirmado que el 27 de abril de 2014, segundo domingo de Pascua, fiesta de la Divina Misericordia, será la canonización de los Papas Juan XXIII y Juan Pablo II. Otro "kairós" de lo Alto por todo lo grande.

Los tres viajes dentro de Italia efectuados por Francisco han sido tres encíclicas: el del 8 de julio a la isla de Lampedusa fue la encíclica de los refugiados, prófugos e inmigrantes; el del 22 de septiembre a la también isla italiana de Cerdeña, la encíclica de la dignidad del trabajo y de los trabajadores y del drama e injusticia del paro; y el del 4 de octubre a Asís, en la búsqueda y la protección de su santo patrono, la encíclica del Evangelio, del puro Evangelio sin glosa.

Su participación en la JMJ 2013 Río de Janeiro consagró a Francisco como líder de masas y como el nuevo Papa de los jóvenes. Los pobres y la misión evangelizadora de la Iglesia fueron el billete de vuelta de Río? Para él, para los jóvenes, para todos.

Los pobres, sí, y también los niños, los ancianos y las familias se han perfilado como las opciones preferenciales del Papa Francisco. Su preocupación e interés por las familias ha quedado de manifiesto con la convocatoria de un doble Sínodo de los Obispos sobre el tema: en octubre de 2014, asamblea extraordinaria; y en octubre de 2014, asamblea general ordinaria. La reciente fiesta de la Sagrada Familia sirvió, en este contexto, para que la Santa Sede promoviese tres celebraciones eucarísticas con esta intención: en Barcelona, Loreto y Nazaret. Y también, claro, la exitosa fiesta y misa de las familias de Madrid, en la Plaza de Colón, ya en su séptima edición.

Dicho quedó antes: Francisco no quiere gobernar solo, No quiere que tampoco sea la Curia Romana su única instancia de colaboración. Y al efecto creó, ya en primavera y con decreto posterior en otoño, una comisión de ocho cardenales, que representan a los cinco continentes, para que le ayuden en la tarea del gobierno universal de la Iglesia y en la reforma de la Curia, una reforma que va a ser en profundidad. La creación de esta comisión (la integran los cardenales Rodríguez Maradiaga ?coordinador-, Marx, Pell, Errázuriz, Gracias, O'Malley, Bertello y Monsengwo Pasinya y el obispo Semeraro como secretario) fue además una de las propuestas del cónclave? Sí, para entenderlo todo, hay que volver al cónclave de marzo de 2013 y para entender este debemos regresar al 11 de febrero?

En la Curia Romana, tras siete abnegados y polémicos años, el cardenal Tarcisio Bertone (1934) fue reemplazada al frente de la Secretaría de Estado por el joven arzobispo también italiano y diplomático Pietro Parolin (1955). También hay nuevos prefecto del Clero (Stella), secretario general del Sínodo de los Obispos (Baldisseri) y penitenciario mayor (Piacenza).

Solo en Roma, 6.623.900 personas se encontraron en 2013 con el Papa Francisco

La Prefectura de la Casa Pontificia ha hecho público un comunicado en el que señala que en el año 2013, a partir de su elección el 13 de marzo, más de 6.600.000 fieles han participado en los diversos encuentros con el Papa Francisco: audiencias generales (1.548.500) y especiales (87.400), celebraciones litúrgicas en la Basílica Vaticana y en la plaza de San Pedro (2.282.000), Ángelus y Regina Coeli (2.706.000).

Estos datos se refieren solamente a los encuentros que han tenido lugar en el Vaticano, y no incluyen otros actos con gran participación de fieles, como el viaje apostólico a Brasil en el mes de julio con motivo de la JMJ de Rio de Janeiro, y también varios viajes en Italia, a Lampedusa, Cagliari y Asís, y también las visitas en la diócesis de Roma. El total de los fieles se estima en 6.623.900.

La Prefectura de la Casa Pontificia recuerda que se trata de datos aproximados, calculados sobre la base de las peticiones de participación en los encuentros con el Papa y de las invitaciones distribuidas por la Prefectura. Asimismo, se ha realizado una estima del número de presencias en momentos como el Ángelus y las grandes celebraciones en la Plaza de San Pedro.

Otros apuntes

Hay ya que concluir no sin una mención siquiera telegráfica de las misas diarias y matutinas de Francisco en la capilla de su casa, la Residencia Santa Marta; sus entrevistas periodísticas: la rueda de prensa en el vuelo de regreso a Roma de la JMJ 2013 Río y las concedidas a las revistas de la Compañía de Jesús y a los diarios italianos La Repubblica y La Stampa; o su anuncio de que 2015, año de centenarios de nuestra Santa Teresa de Jesús (¿traerá esta, el octavo centenario de la peregrinación a Compostela de San Francisco de Asís, al Papa Francisco a España en 2015?) y de San Juan Bosco, será el año de la vida consagrada.

¡Ah, se me olvidaba?! Francisco también arrasa en Twitter, con más de once millones de seguidores, más del 40% en su cuenta en español. Y San José, el esposo de María, el Custodio del Redentor, está ya en las plegarias eucarísticas II, III y IV.

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