El decálogo del Magníficat de María según el Papa Benedicto XVI
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El Magníficat, la más hermosa lectura teológica de la historia
En su homilía de la tarde del sábado 31 de mayo, festividad de la Visitación de la Virgen María a su prima Santa Isabel, el Papa Benedicto XVI analizaba esta escena bíblica y el cántico en ella presente del Magníficas. Lo definía como una hermosa, auténtica y profunda lectura teológica de la historia. He aquí sus principales ideas y frases:
1.- "Después de la Anunciación, cuando el Ángel desapareció de su presencia, María se encontró con un gran misterio en su seno; sabía que algo extraordinariamente único había ocurrido; de daba cuenta de que había comenzado el último capítulo de la historia de la salvación. Pero todo, junto a Ella, había permanecido como antes y, para el pueblo de Nazaret, todo lo que le había acontecido a Ella, lo desconocía completamente".
2.- "Antes de preocuparse de Ella misma, María piensa en la anciana Isabel, que ha sabido estaba encinta de manera avanzada, y, empujada por el misterio de amor que apenas había acogido en sí misma, se pone en camino a prisa para ir a ofrecer su ayuda". "¡He aquí la grandeza sencilla y sublime de María!
3.- "Cuando llega a la casa de Isabel, ocurre un hecho que ningún pintor podrá jamás retratar con la belleza y la profundidad de lo ocurrido. La luz interior del Espíritu Santo envuelve e sus personas. E Isabel, iluminada de lo Alto, exclama: ¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, el niño saltó de alegría en mi vientre. ¡Dichosa tú que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá!".
4.- "Estas palabras podrían parecer desproporcionadas al contexto real. Isabel es una de las muchas ancianas de Israel y María es una desconocida muchacha de un pueblo perdido de Galilea. ¿Qué cosa puede ser y qué cosa pueden hacer en un mundo en el que cuentan otras personas y pesan otros poderes?
5.- "Sin embargo, María una vez más se admira, su corazón es límpido, totalmente abierto a la luz de Dios; su alma es sin pecado, no está cargada por el orgullo y el egoísmo".
6.- "Las palabras de Isabel encienden en su espíritu un cántico de alabanza, que es una auténtica y profunda lectura teológica de la historia. Una lectura que nosotros debemos aprender continuamente de Ella, cuya fe está libre de sombras y es inquebrantable: Proclama mi alma la grandeza del Señor".
7.- "María reconoce la grandeza de Dios. Este es el primer e indispensable sentimiento de la fe, el sentimiento que da seguridad a la criatura humana y la libera del miedo, incluso en medio de los avatares de la historia".
8.- "Caminando más allá de la superficie, María ve con los ojos de la fe la obra de Dios en la historia. Por eso es santa, porque ha creído: por la fe, en efecto, ha acogido la Palabra del Señor y ha concebido al Verbo Encarnado".
9.- "Su fe le ha hecho ver que los tronos de los poderosos de este mundo son todos provisionales, mientras el trono de Dios es la única roca que no cambia y no cae". Su Magníficat, a distancia de siglos y milenios, permanece como la más verdadera y profunda interpretación de la historia, mientras que las lecturas hechas por tantos sabios de este mundo han sido desmentidas por los hechos en el curso de los siglos".
10.- "Volvamos a casa con el Magníficat el corazón. Llevemos con nosotros los mismos sentimientos de alabanza y de acción de gracias de María hacia el Señor, su fe y su esperanza. Su dócil abandono en las manos de la Providencia. En efecto, solamente acogiendo el amor de Dios y haciendo de nuestra existencia un servicio desinteresado y generoso al prójimo, podremos elevar con alegría un canto de alabanza al Señor".