La oración del fariseo y la oración del publicano

A través del Evangelio de este domingo nos damos cuenta de que Jesús nos rompe los esquemas de nuestro mundo interior y nos haces comprender nuestras actitudes

La oración del fariseo y la oración del publicano

Francisca Sierra

Publicado el - Actualizado

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Gracias, Jesús, por enseñarnos a orar. Hoy nos das la gran lección de laoración. Y, Jesús, te fijas en dos actitudes ante la oración: a través de laoración del fariseo y la del publicano. Dos formas de dialogar contigo, dosmaneras de plantearnos la relación contigo y dos posturas ante el prójimo. Elfariseo, una persona religiosa, cumplidor, muy escrupuloso de todos losmandamientos, de todas las normas. Pero ¿qué pasaba? Que le faltaba amor,estaba seguro de sí mismo y despreciaba a los demás. Esta oración superior,no humilde, no te agrada. Cómo rechazas sus expresiones: “Oh, Dios, te doygracias porque no soy como los demás”.Y de otra forma la oración del publicano; un hombre que no esdemasiado religioso, que es poco cumplidor, que está en su trabajo, que eshonrado, pero que se ve necesitado de misericordia y sabe que tiene quecambiar. Y cómo en un rincón te pide misericordia. Esta oración nace de lapobreza, de la necesidad, del corazón. Nace del fondo del sentimiento detenerte y necesitarte a ti, de sentirse indigno ante ti. Y cómo dices, Jesús, “estehombre bajó a su casa justificado”.

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La oración del fariseo y la oración del publicano

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