Católicos y científicos: Eduardo Vitoria, por Alfonso V. Carrascosa, científico del CSIC
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Católicos y científicos: Eduardo Vitoria, por Alfonso V. Carrascosa, científico del CSIC
Se celebra el 40 aniversario de su creación (octubre de 1975), y el 25 aniversario de la sede actual (octubre de 1990) del Instituto de Catálisis y Petroleoquímica del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Parece buen momento para reflexionar sobre Eduardo Vitoria.
Eduardo Vitoria (1864-1958) fue sacerdote jesuita. Fundó la catálisis española, rama de la química dedicada al estudio de las reacciones entre los elementos, compuestos, etc., la más importante rama industrial de la química. No sólo escribió el primer tratado en español sobre esa disciplina, concretamente en 1912, si no que en 1905 había puesto en marcha en Roquetas el Laboratorio Químico del Ebro, que en 1916 pasaría a llamarse Instituto Químico de Sarriá, todavía en funcionamiento. En 2001 Juan Pablo II beatificó a un alumno de dicha entidad, Francisco Castelló, que el 29 de septiembre de 1936 el Tribunal Popular de Lérida le condenó a muerte y fusiló a medianoche en las puertas del Cementerio por declararse católico.
La historia de la ciencia es una disciplina científica que permite el conocimiento de la verdad, siempre que se pretenda la objetividad. Ocurre demasiado a menudo que el análisis de los hechos contrastados se hace desde una perspectiva ideológica que domina todo el estudio. Esto ocurre en la actualidad con la ideología laicista: impide ver la realidad en su globalidad a quien siendo laicista se dedica al estudio de la historia de la ciencia. El resto lo hacen los medios de comunicación: no transmiten la información de la realidad, si no tan sólo de una parte de ella, con lo cual la ideología laicista gana adeptos. Se habla de científicos católicos sin mencionar esta faceta de su vida, para que crezca la sensación de interés para el laicismo de que ciencia y religión, razón y fe, Iglesia y ciencia, no tienen nada que ver, son antagónicas, y de que p.ej.- el materialismo y el ateísmo del siglo XX nos han dado el desarrollo que se nos impidió con anterioridad. Y si hay una actividad humana en la cual haya habido en España una inculturación del evangelio, esa es sin duda la investigación científica.
El Padre Vitoria formó parte de la iniciativa jesuítica de demostrar que la ciencia y la Iglesia no son incompatibles. La compañía de Jesús fundó también en esta época el Observatorio del Ebro y el Laboratorio Biológico. El Padre Vitoria fue enviado en 1902 a la Universidad Católica de Lovaihna, a estudiar catálisis. Sus estudios de doctorado, realizados y defendidos en 1904 como tesis doctoral, se publicaron en 1908: sin duda fue el primer español en realizar experimentos en catálisis química estudiando la síntesis
del 1,1,1-tricloro-2-propanol. Por eso en 1905, con sus conocimientos y experiencia adquiridos en Alemania, creó el Laboratorio Químico del Ebro. Publicó numerosos libros, consecuencia de su intensa labor docente y científica. Fue invitado a dar conferencias por toda España y el extranjero. Fue miembro de varias Academias. Es el personaje español más influyente en el desarrollo de la catálisis del siglo XX en nuestro país.
Con jesuítas así, y otros muchos, todos los cuales recibieron religión en la escuela y llegaron a ser eminentes científicos, no tiene fundamento científico alguno la persecución sistemática que en el campo del conocimiento sufre la Iglesia Católica en los momentos actuales. Tampoco se entiende que en la Revolución Francesa se desmantelase la organización de generación y transferencia del conocimiento que los jesuitas habían desarrollado como pioneros. Menos todavía se comprende que se llegaran a asesinar a 40000 curas, muchos de ellos jesuitas, o que se llegase a decapitar al mismísimo Lavoisier, padre de la química moderna. Hay muy poco de científico en planteamientos ideológicos que se tienen por modernos a juzgar simplemente por los frutos que producen.