Católicos y científicos: Florentino Pérez-Embid, por Alfonso V. Carrascosa

Católicos y científicos: Florentino Pérez-Embid, por Alfonso V. Carrascosa

Alfonso V. Carrascosa

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Se conmemora el 75 Aniversario del Premio Adonais de poesía, con una importante exposición en la Biblioteca Nacional de España. Pocos saben que Ediciones Rialp se hizo con la colección de poesía homónima después de fundada, y que quien lo hizo era un profundo católico. Florentino Pérez-Embid Tello (1918-1974) fue un historiador que nació en Aracena (Huelva) y murió en Madrid con 56 años, como consecuencia de una dolencia cardíaca. Fue también miembro del Opus Dei, y compró para la Editorial Rialp, fundada por un conjunto de profesores universitarios también del Opus Dei, la colección de poesía Adonáis, que previamente había puesto en marcha el también católico ferviente aunque no miembro del Opus Dei Juan Guerrero Ruiz de quien acabo de hablar. Tomo lo fundamental de la semblanza biográfica de Pérez-Embid de Pedro Carlos González Cuevas.

Se licenció en Historia, rama de Filosofía y Letras, en 1940. Pronto se especializaría en temas relacionados con la América hispánica, llegando a fundar la importante Escuela de Estudios Hispanoamericanos de Sevilla, la Universidad Hispanoamericana de La Rábida y la Asamblea de Americanistas. Finalmente ganó en 1949 la Cátedra de Historia de los Descubrimientos Geográficos de la Universidad de Sevilla, y luego en 1951 la de Madrid. Formó parte del CSIC como Consejero de Número, fue secretario de la revista Arbor, que también echara a andar hace más de 80 años de la mano de intelectuales católicos mayoritariamente del Opus Dei, y fundó en la editorial Ediciones Rialp, puesta en marcha como editorial de espiritualidad abierta al pensamiento por supuesto, de la de la Biblioteca del Pensamiento Actual, que publicó obras de intelectuales como Vicente Palacio Atard, Gonzalo Fernández de la Mora, Rafael Calvo Serer, Juan José López Ibor, José María Jover, Ángel López-Amo, Antonio Millán Puelles, Romano Guardini, Etienne Gilson, Carl Schmitt, Amintore Fanfani, Karl Löwith, etc. la mayor parte de ellos católicos practicantes. Fue nombrado director del Ateneo de Madrid en 1951, institución que acaba de conmemorar su segundo centenario, siendo uno de los fundadores de la revista Ateneo y de la colección de opúsculos "O crece o muere", en la que se publicaron conferencias de autores europeos, como Carl Schmitt, Christopher Dawson, Alois Dempf o Michael Oaskeshott. Fue, además, miembro del Consejo Privado del conde de Barcelona, procurador en Cortes, consejero nacional de Educación, rector de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo y fundador de la Asociación de Amigos de Maeztu, cuyo objetivo era difundir la obra del pensador vasco. Su proyecto político se conoció como españolización de los fines, europeización de los medios. También fundó en 1963 la revista Atlántida, siendo además nombrado Director general de Bellas Artes por el ministro Villar Palasí, cargo que ocupó hasta 1973. Ingresó en la Real Academia Sevillana de Buenas Letras, con un discurso sobre Castilla y Portugal en la Sierra de Aracena. El Premio de Poesía de dicha Academia lleva su nombre. Fue asimismo académico numerario de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (1972). Entre sus obras destacan entre otras ?El mudejarismo en la arquitectura portuguesa de la época manuelina?, CSIC, 1944; El Almirantazgo de Castilla hasta las Capitulaciones de Santa Fe, , CSIC, 1944; Los descubrimientos en el Atlántico hasta el tratado de Tordesillas, CSIC, 1948; Ambiciones españolas, Madrid, Editora Nacional, 1953; Nosotros los cristianos, Madrid, Rialp, 1955; En la brecha, Madrid, Rialp, 1956; Paisajes de la tierra y del alma. Madrid, Prensa Española, 1972. Es decir, en resumen: que su acendrada catolicidad no parece que le impidiera ser un intelectual de primera magnitud. Y siendo lo que fue adquirió para una editorial católica una de las mejores colecciones de poesía en lengua española del mundo y puso en marcha el premio más importante existente en la actualidad, que no siempre se da a poetas precisamente católicos.