Católicos y científicos: Fray José Torrubia, por Alfonso V. Carrascosa, científico del CSIC
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Católicos y científicos: Fray José Torrubia, por Alfonso V. Carrascosa, científico del CSIC
El granadino Fray José Torrubia (1698-1761), fue un franciscano que partió como misionero a Filipinas y América, volviendo a Madrid en 1750 al ser nombrado Archivero y Cronista General de la Orden Franciscana.
Un caso más de científico católico ligado a los estudios prehistóricos y arqueológicos, un caso más de científico eclesiástico que ejerció de promotor de la ilustración en España.
Se trata del primer autor español que habla de fósiles, lo que le hace para algunos ser considerado el primer paleontólogo español. Sobre algunos de ellos comenta: "Debemos, pues, concluir seriamente, que las Conchas, Almejas, Caracoles, Erizos, Estrellas, Cornu Anmonis, Nautiles y todos los demás Testáceos y producciones marinas, que se hallan en nuestros montes con figura de tales, ni son juegos de la naturaleza, ni efectos del acaso, ni naturales producciones de la tierra sin vivientes dentro, como quiso Bonanni, sino real y verdaderamente tales como las que en el distante mar se crían con su misma configuración y habitadores".
Esto está recogido en su famosísimo libro " Aparato para la Historia Natural Española. Tomo Primero", en el que aborda el gran problema de la transmigración de cuerpos marinos, y su petrificación en los más altos montes de España, señalando que las petrificaciones tienen un origen orgánico.
Por ello dicho libro es considerado el primer tratado español de Paleontología, siendo una obra muy comentada en Europa, entre otras cosas por los ataques que Torrubia hace a los naturalistas protestantes. Además de aspectos paleontológicos, es también en cierto modo un tratado de arqueología, y de los primeros.
Fray José es uno de los primeros científicos católicos que admite que los fósiles son restos de animales antiguos, algo que no duda en relacionar con la Biblia y con el Diluvio Universal, momento en que dichos animales desaparecerían.
Por el contrario, en su libro, no admite que las hachas neolíticas de sílex sean de origen humano, dada la dificultad de entonces conciliar dicha afirmación con los textos bíblicos.
Pero en relación a éste y otros temas, la Iglesia y sus miembros hemos evolucionado mucho, y es hoy se admite la teoría de la evolución sin problema alguno, eso sí, lejos de que con ello se entienda que estemos afirmando que el ser humano y la vida terrestre han aparecido por casualidad.
Fray José se interesó por el estudio de las cavernas, algo que hasta el siglo XIX no se haría de forma sistemática, dando lugar a la espeleología. Con él, también otros manifiestan el interés que la Iglesia y sus miembros siempre tuvimos por la investigación científica.
En el caso concreto de arqueología, prehistoria, antropología?siguen existiendo casos de mucho interés para poder deshacer malentendidos o posturas ignorantes que a la postre alimentan un laicismo en ocasiones bastante irracional.