Católicos y científicos: Manuel Elkin Patarroyo, por Alfonso V. Carrascosa, científico del MNCN-CSIC

Católicos y científicos: Manuel Elkin Patarroyo, por Alfonso V. Carrascosa, científico del MNCN-CSIC

Alfonso V. Carrascosa

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Católicos y científicos: Manuel Elkin Patarroyo, por Alfonso V. Carrascosa, científico del MNCN-CSIC

La microbiología es una disciplina científica en cuyo desarrollo han participado muchos católicos. A día de hoy la lucha contra los microbios infecciosos determina algo tan importante como la esperanza de vida: en España en torno a los 80 años, en África algo más de 40. Entre los microbiólogos actuales que profesan la fé católica está Manuel Elkin Patarroyo, descubridor de la vacuna contra la malaria.

El jesuita Athanasius Kirchner, el abad Lazzaro Spallanzzani?y Louis Pasteur, que además de descubrir los microbios, explicó su efecto en la elaboración de alimentos tan importantes para el catolicismo como el pan y el vino, y enunció la teoría microbiana de la infección y transmisión de enfermedades, que tal vez deba tenerse como la teoría científica que más vidas ha salvado en la historia de la humanidad, son algunos ejemplos de católicos que contribuyeron al desarrollo de la microbiología.

El propio Patarroyo confiesa que su vocación científica se vió determinada por la lectura de un cómic en el que se contaba la vida de Pasteur como benefactor de la humanidad. El mayor de once hermanos, natural de Colombia y doctor en medicina y cirugía desde 1971, cuenta con la nacionalidad española, y fue elegido el 30 de octubre de 1991 académico correspondiente extranjero de la Real de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de España, institución en la que ingresó el 3 de diciembre de ese año con el discurso "La vacuna de la malaria: Ciencia, Economía y Política", en el que explicaba las investigaciones que le condujeron a sintetizar químicamente la primera vacuna contra esta enfermedad.

La malaria en 2005 contaba con 500 millones de casos detectados en el mundo, fundamentalmente niños menores de cinco años del África Subsahariana. Causa tres millones de muertes al año. En 1986 Patarroyo consiguió sintetizar su vacuna SPF66 (del inglés "Sinthetyc Plasmodium Falciparum") contra el agente causal de la misma, el protozoo Plasmodium falciparum, y en 1993 cedió los derechos de explotación de ella a la OMS, porque quería que el beneficio de la explotación de la misma no fuese monopolizado por una empresa, y llegase al mayor número de gente posible, con la condición de que su producción y comercialización fueran hechas en Colombia. Esto le hizo perder la oportunidad de ganar mucho dinero que se habría embolsado de cer los derechos a una multinacional farmacéutica. Un año después fue galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica, año en el que también recibió el Premio Robert-Koch. En 1990 se le concedió por la Academia Nobel de Suecia con el Premio a la Excelencia en la investigación latinoamericana. En 2001 llegó a un acuerdo para realizar parte de sus investigaciones en la Universidad Pública de Navarra. En 2008 diseñó un nuevo diagnóstico temprano de cáncer de útero con sólo una gota sangre.

Han sido varias las ocasiones en las que ha manifestado su condición de católico. A continuación se recogen dos entrevistas en las que lo hace:

-¿Cree en Dios? Sí, mucho. Soy muy creyente y bastante católico. Hay algo de lo que me enorgullezco de verdad. Todos los días, desnudo, debajo de la ducha, de rodillas, le ruego a Dios que me muestre el camino para ser su instrumento. Y no le pido más. Estando en un nivel tan profundo de conocimiento, como por ejemplo, cuando analizamos el núcleo de los átomos, y sabiendo o no el grado tan grande de incertidumbre que hay ahí, todo tan ordenadito, vuelve uno al primer principio filosófico de la teología, que es el orden universal: al gran Creador.

-¿Es creyente? Soy creyente, practicante, pero no fanático.

Es evidente que fé y razón, o catolicismo y ciencia, son compatibles hoy en día