Católicos y científicos: Vicens Vives, por Alfonso V. Carrascosa, científico del CSIC

Católicos y científicos: Vicens Vives, por Alfonso V. Carrascosa, científico del CSIC

Alfonso V. Carrascosa

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Católicos y científicos: Vicens Vives, por Alfonso V. Carrascosa, científico del CSIC

Como todo científico católico de relieve del siglo XX, la faceta religiosa de Jaume Vicens Vives (1910-1960) ha pasado prácticamente desapercibida.

Al cumplirse los 100 años de su nacimiento y los 50 de su prematura muerte sus creencias no formaron parte de la parafernalia expositiva que las ideologías nacionalistas y laicistas hicieron de su figura. Este eminente historiador español fue un científico católico, que compaginó perfectamente la razón y la fé, algo que merece ser mínimamente conocido, que debe formar parte de la vida pública.

Otro científico católico, el padre Miquel Batllori escribió tras su muerte:

"Los que al parecer en 1954 la primera Noticia de Catalunya lo acusaban de acatólico, no sabían que entonces mismo estaba preocupado por la indiferencia religiosa de un grande amigo suyo, y que quería que tuviésemos juntos unas conversaciones para ver si reaccionaba. No era una religión conformista, la suya, ni podía serlo. En uno de sus últimos artículos, escribiendo sobre Maragall, subrayaba ese mismo aspecto en la actitud religiosa y social del poeta. Vicens odiaba por temperamento lo formulístico y formalístico, lo ultradogmático y lo pseudomístico. Creía que la religión era esencialmente una ética, y que sólo se podía llegar al verdadero catolicismo pasando por un cristianismo sincero. Unicamente quienes no lo conocían a fondo se admirarán de sus muestras de religiosidad, no a última hora, sino durante toda su larga dolencia. Los que fácilmente tachan de respeto humano la no ostentación de la fe, son incapaces de comprender que muchas veces ese recato procede de una sinceridad y autenticidad religiosa, que tanto más se encierra en sí misma cuanto más otros convierten la religión en un alarde arribista. En su vida y en su muerte Jaime Vicens Vives nos ha dado a todos una doble lección ?histórica y religiosa, supranacional e íntima- que vale por otros cincuenta años de vida. Roma, festividad de San Jaime, 1960".

Fue depurado durante la dictadura de Franco y obligado a dejar de ejercer la docencia varios años, habiendo ganado en 1935 ganado su cátedra del Instituto de Figueras que no recuperó hasta 1942. Se dedicó a la investigación y la docencia toda su vida. En 1947 sacó la cátedra de la U. de Zaragoza y se trasladó a Barcelona en 1948. La creación del Centro de Estudios Históricos Internacionales, la implantación de la docencia de Historia Económica de España en la nueva Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Barcelona, o la fundación de la revista Estudios de Historia Moderna (1951) y del Índice Histórico Español (1953) serían algunos de sus más destacables logros. Preparó a un grupo de discípulos de la Universidad de Barcelona que renovaron la historiografía española influyendo en la vida académica, cultural y política del momento, entre los que destacaron Joan Reglá, Josep Fontana, Jordi Nadal, Emili Giralt, Pedro Voltes, Manuel Riu, Joan Mercader, Jordi Rubió Lois o Jorge Pérez Ballestar.