Decálogo para amar y trabajar por Cantabria, por Matías Aurelio Güemes Peña

Decálogo para amar y trabajar por Cantabria, por Matías Aurelio Güemes Peña

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Decálogo para amar y trabajar por Cantabria, por el periodista Matías Aurelio Güemes Peña

He reflexionado sobre nuestra pertenencia a Cantabria, por haber nacido, por vivir en ella, por sentir cariño por este lugar y por nuestras gentes. Y ha brotado este decálogo, estas pinceladas, que deseo compartir:

Somos 580.997 personas las que vivimos en Cantabria. Aquí se siente uno ‘como pez en el agua’, y se experimenta la alegría de vivir y de formar parte de esta tierra.

Quizá vives en un núcleo pequeño de población, o en uno grande, en una villa, o en una ciudad…, siente la cercanía, el roce, la relación, la simpatía, la comunicación con las personas que viven cerca de ti. Crea Cantabria. Vive abierto, contribuye a la tarea de hacer ciudadanía, vecindad, estrechar lazos, buena convivencia. Que todos nos llevemos bien.

Recorrer sus pueblos, sus ciudades. Ver sus paisajes del campo, del mar. Contemplar el verdor de su tierra, la grandeza de sus montañas, la belleza de los árboles, sus ríos… El nacimiento del Río Ebro, en Fontibre, cerca de Reinosa. Animarse a viajar para palpar la singularidad de los valles de Cantabria, sus zonas regionales, sus costumbres, folklore, música, trajes típicos, fiestas, gastronomía… Que a los niños se les saque de las aulas, para que aprendan la realidad cántabra. Porque conocer y amar la tierra es la base de una Comunidad en armonía.

Acudir a una biblioteca y consultar libros sobre Cantabria. Tener en casa libros, para conocer su historia, sus raíces, su proceso. Abrirse a los literatos, poetas, artistas, personajes ilustres y escritores, que han nacido en Cantabria. Y personas que han querido y defendido Cantabria, desde la política, la religión, la cultura… Ellos forman parte de la familia cántabra, y estamos agradecidos.

Favorecer todo lo que haga que Cantabria sea una región rica y próspera: con industrias, con creación de puestos de trabajo en todos los ámbitos, con posibilidades de futuro para los jóvenes en el campo laboral, con inversiones que favorezcan el crecimiento económico de la región. Estar cerca de los colectivos de trabajadores: de los pescadores, ganaderos, agricultores, y mejorar su vida y sus condiciones de trabajo.

Preocupación por los habitantes. Llevar a cabo políticas que favorezcan la vida con dignidad, la salud, la educación, el deporte, la cultura, el acceso a las nuevas tecnologías, al cine, al teatro, a la música. Favorecer y dedicar medios a los deportes autóctonos: bolos, deportes náuticos. Crear instalaciones y Escuelas Deportivas, después de una consulta popular, en todos los núcleos de población. El deporte crea ciudadanos sanos, fuertes. Cantabria es cuna de deportistas de renombre en todas las áreas. Invertir en deporte es invertir en salud.

Abiertos y solidarios con todos los pueblos de España. Sintiendo las aspiraciones y deseos de bienestar de todas las Comunidades Autónomas de España. Defendiendo la singularidad de cada pueblo y región. Eso es enriquecedor y nos ofrece un mosaico cultural maravilloso.

Hombres y mujeres de Cantabria, solidarios y abiertos a los problemas del mundo, a las necesidades, a las urgencias de bienestar, justicia, paz, en el mundo. Generadores de solidaridad para crear una tierra donde todos nos sintamos más iguales, más apoyados, más hombro con hombro. Abiertos y acogedores de los ciudadanos extranjeros que viven con nosotros.

Tenemos una tierra, nuestra casa común, que debemos cuidar. Queremos empezar desde aquí, desde lo concreto y cercano. Hacer un planeta habitable. Cuidar Cantabria: el mar, las playas, los ríos, los árboles, las montañas, los pueblos, las ciudades… Respetar la naturaleza, no agredirla, no saquearla, no maltratarla, no robarla, no deshacerla. Que tengamos los cántabros la capacidad de denunciar, ante las autoridades, ante el Defensor del Pueblo, ante los medios de comunicación social, todo atentado contra nuestra naturaleza, contra la costa cantábrica, contra las playas… Denunciar toda contaminación que envenene la vida de los seres humanos: aire, mar, ríos, playas, ciudades, pueblos…

No se vive pasivo ante la realidad que rodea a uno. Ante los problemas, las necesidades, las urgencias sociales, se da respuesta. Para eso es bueno la unión, el trabajar con otros, el agruparse, asociarse. Crear un tejido asociativo que dé respuesta a los variados problemas de la vida. Sentir el lugar donde uno vive: pueblo, villa, ciudad, como lugar propio. Darse cuenta de lo que falta, de lo que se necesita, para ser un núcleo que reúna todas las condiciones: humanas, sociales, culturales, deportivas, para llevar a cabo una vida personal y social con calidad. La participación social hace que la democracia sea de todos, que se escuchen las voces, las propuestas, las sugerencias, las iniciativas de la ciudadanía para hacer una sociedad donde todos tengamos algo que decir y algo que hacer.

Los colectivos sociales que necesitan una mirada particular, son: los niños, los jóvenes, los mayores. Para ellos hay que diseñar políticas que den respuesta a su situación y que facilite una calidad de vida. A los niños: que tengan lugares de juegos seguros, de deportes, de cultura, de encuentro, en todos los pueblos, villas, ciudades. Los jóvenes, que dispongan de Centros Juveniles, áreas deportivas, fiestas, talleres y cursos que respondan a sus inquietudes humanas y sociales, locales de encuentro juvenil donde dialogar, relacionarse, conocer gente. Los mayores, necesitan un lugar de encuentro, de relación, donde puedan dialogar y tener actos culturales, sociales, de ocio, que haga que se sientan bien, a gusto, y que vean que se les atiende, se les cuida, se les trata con cariño y con agradecimiento a todo lo hecho durante los años de su vida.

Nos parece bien que los ciudadanos extranjeros que viven, trabajan y sienten Cantabria tengan una buena acogida, unos medios de integración social, una respuesta a sus necesidades básicas.

Cantabria la formamos todos los que vivimos en ella. Es importante contar con todos, ver el parecer de todos, consultar a todos.

No se puede gobernar sin contar con los ciudadanos, sin contar con los habitantes del lugar. Contar para saber lo que piensan, lo que desean, lo que necesitan. Un buen político cuenta y luego ejecuta. No es de los que cree que los ciudadanos le han firmado un cheque en blanco y puede hacer lo que quiera. Hay que contar, hay que consultar, hay que ver qué desean y necesitan los ciudadanos, y luego gobernar y hacer realidad lo que la comunidad social plantea. Porque cuando llegan las elecciones los políticos piden votos, y luego no acostumbran a pedir pareceres.

Es bueno consultar sobre cómo gastar los presupuestos, sobre qué se ve como más necesario en el municipio, cómo mejorar la convivencia, el bienestar social, la igualdad de todos. Hay que buscar fórmulas de consulta y llevarlas a cabo. Así crearemos comunidades, pueblos, ciudades, vivas.

Y para terminar, recalcar de nuevo, una mirada a nuestro mundo total. Somos ciudadanos del mundo. Es nuestra casa común. Conviene tener muy en cuenta las realidades de nuestro planeta. Colaborar, sentirse solidario, aportar, cooperar, y unir fuerzas para lograr unas buenas relaciones internacionales, un mejor y más justo comercio internacional, un fortalecimiento de las instituciones en el mundo, y así erradicar el hambre, las guerras, las injusticias, y crear una tierra digna para todos los seres humanos. Ser cántabro es ser universal.

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