Democracia y política

Democracia y política

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Democracia y política

Democracia es el gobierno del pueblo. Palabra que proviene de los términos griegos demos (pueblo) y kratia (gobierno). Tiene su origen en el siglo V a. C., en las ciudades griegas, especialmente en Atenas, alcanzando su esplendor con Pericles. Antiguamente la democracia era considera como un sistema político poco fiable, debido a que los ciudadanos plebeyos caían en la demagogia y en el extremismo frente a los nobles y ricos. Platón, Aristóteles, Cicerón y Agustín de Hipona fueron partidarios del sistema político aristocrático, intermedio entre la democracia y la monarquía. En el siglo XX, Ortega y Gasset, era, también, defensor del mismo.

En el siglo XVIII, la burguesía liberal ciudadana, impulsada por los pensadores Hobbes, Hume, Locke, Montesqueu y Rouseau y por la revolución industrial, se enfrenta a los gobiernos de las monarquías absolutas que habían caído en grandes abusos de poder, y propugnan la política democrática o gobierno del pueblo bajo los principios de libertad, igualdad y fraternidad. Ello da lugar a la Revolución Francesa de 1798 que extingue las monarquías absolutas y establece el Estado Constitucional, aunque limitado al sufragio censatario y capacitario de los ciudadanos varones mayores de edad, que pagan impuestos o posean un grado de instrucción.

En el año 1812, los políticos liberales y conservadores españoles constituyen la primera Constitución de la Nación Española, que extingue el gobierno de la monarquía absoluta, establece la monarquía parlamentaria, el sufragio censatario de los ciudadanos varones mayores de edad y declara que la religión cristiana católica es única y exclusiva

A partir de la primera guerra mundial de 1914, por influencia de la ideología marxista, nace en España la democracia socialista, abanderada por los partidos socialistas frente a la democracia liberal defendida por los políticos liberales. Fruto de ello, se constituye la II Republica de España en el año 1931, cuya Constitución extiende el sufragio a todos los hombres y mujeres españoles mayores de edad y declara que El Estado español no tiene religión.

La actual Constitución española de 1978 establece: España como un Estado social y democrático de Derecho, que propugna como valores superiores la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político. Los diputados del Congreso y del Senado son elegidos por sufragio universal, libre, igual, directo y secreto de los hombres y mujeres mayores de edad. Ninguna confesión tendrá carácter estatal, pero las tendrán en cuenta, sobre todo, la cristiana católica (arts. 1 y 16)

Según dicho texto, los partidos políticos deben propugnar y llegar a acuerdos sobre políticas de libertad, de justicia, de igualdad y de pluralismo político, como valores superiores de convivencia social y democrática. Veo y entiendo que hablan, predican y defienden mucho la libertad, la igualdad y el pluralismo político, pero, a apenas, hablan, predican y defienden de la justicia. La justicia, según Ulpiano, es la voluntad perpetua y constante de dar a cada uno su derecho. Aristóteles enseña: en la justicia se encuentran todas las virtudes.

Es lamentable que los partidos políticos se valgan de la fuerza de sus votos electorales y de la astucia de sus dirigentes para conquistar el poder, legislar, gobernar y administrar la justicia de los juzgados y de los tribunales jurisdiccionales para su conveniencia política e ideológica, pero no se valgan de leyes justas y estables que garanticen los intereses y necesidades sanitarias, sociales, educativas, culturales y religiosas de sus ciudadanos

José Barros Guede.

A Coruña, 18 de enero de 2016

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