Dolor, tiempo, infancia y esperanza, pilares de la poesía de Miguel de Santiago
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Dolor, tiempo, infancia y esperanza, pilares de la poesía de Miguel de Santiago
Marcelino García Velasco y los obispos de Palencia y de Mondoñedo-Ferrol presentaron El camino del alma hacia el Amor. Obra poética y comentarios, editado por la UPSA
Los obispos de Palencia y de Mondoñedo-Ferrol, monseñor Esteban Escudero y monseñor Manuel Sánchez Monge, respectivamente, junto con el poeta, escritor y académico de la Institución Tello Téllez de Meneses, Marcelino García Velasco, presentaron el último libro de Miguel de Santiago, titulado El camino del alma hacia el Amor. Obra poética y comentarios. El acto, que tuvo lugar en la Casa de la Iglesia de Palencia, se cerró con un recital del autor, sacerdote palentino, redactor jefe de Ecclesia y director adjunto del programa Últimas preguntas de TVE, quien fue salpicando la lectura de sus versos con las oportunas explanaciones acerca de la creación y el sentido literario de los mismos, así como del alcance teológico de cada uno de los seis poemarios incluidos en el volumen recientemente editado por la Universidad Pontificia de Salamanca.
Monseñor Esteban Escudero hizo la presentación del autor, destacando su larga trayectoria sacerdotal, periodística y literaria; mencionó expresamente algunas de sus más destacadas obras, tanto de creación poética como de ensayos de temas religiosos más o menos relacionados con la literatura.
El obispo de Mondoñedo-Ferrol, natural de Fuentes de Nava, como Miguel de Santiago, se centró en uno de los aspectos fundamentales que aborda el estudio de su paisano, compañero y amigo: la via pulchritudinis. Basándose en los temas de la segunda parte del libro que se presentaba, monseñor Sánchez Monge, subrayó los aspectos de la comunicación de la experiencia de lo sagrado, la similitud del poeta y del sacerdote como servidores de la palabra y comunicadores de ella y la reivindicación de la belleza por su capacidad de tocar el corazón del hombre y servir como camino idóneo hacia Dios, porque la obra de arte es fruto de la capacidad creativa del ser humano y una puerta abierta hacia lo infinito. "La teología ?afirmó? tiene mucho de experiencia vital, que puede expresarse a través de las bellas artes. Las palabras ordinarias son inapropiadas para hablar del misterio de Dios". Estamos ?continuó diciendo? ante una poesía de contenido explícitamente religioso, más aún, místico, y que recorre las clásicas etapas purgativa, iluminativa y unitiva, a las que pueden adscribirse sus poemarios según el orden en que fueron escritos, con el colofón recopilatorio de dicho proceso en los dos últimos libros.
El poeta Marcelino García Velasco, también académico de la Tello Téllez de Meneses como Miguel de Santiago, hizo un discurso plasmado de gran belleza literaria, sin dejar de estar revestido con tonos cariñosos, a la vez que riguroso acerca de la creación poética de Miguel de Santiago. Destacó que "dolor, tiempo, infancia y esperanza son los pilares que sostienen su poesía, una poesía que fluye a través de una vida, la vida del alma hacia el Amor. Y sobre ellos se sostiene un lenguaje certero y de rotundas imágenes entrañables y emotivas". Hizo ver que "ningún poeta ha explicado su obra desde San Juan de la Cruz; a lo sumo ha hecho declaraciones en prensa sobre su tarea o pergeñando una poética, pero nunca un texto de seiscientas páginas abriendo vías de conocimiento para la poesía personal". Y proclamó con rotundidad la fe y la apuesta del poeta por el lenguaje de infancia: "Todo un turbión de palabras que nos llegan de la infancia para no perder la voz del niño, la más importante de nuestro lenguaje. No hay nada tan evidente en la poesía de Miguel de Santiago como el lenguaje terruñero, el canto a la palabra que le entró en la infancia, tiempo en el que ?dice el poeta? "fuimos felices"".
Pie de foto: De izquierda a derecha, el poeta y crítico literario Marcelino García Velasco, el obispo de Mondoñedo-Ferrol, monseñor Manuel Sánchez Monge, el obispo de Palencia, monseñor Esteban Escudero Torres, y el redactor jefe de Ecclesia, Miguel de Santiago Rodríguez.