Eutanasia y muerte digna
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El Defensor del Pueblo de aquella autonomía estaba totalmente de acuerdo con la preocupación que se había mostrado en el congreso de Bioética sobre el tema de la eutanasia. Evidentemente tenía muchas dudas sobre la respuesta correcta que habría que dar en aquel momento.
En realidad más que un problema sanitario, la eutanasia parece hoy una cuestión política. En muchos lugares, los políticos ya no se identifican por la defensa de los proletarios, sino por su postura ante la vida humana. La promoción del sentimiento eutanasista constituye ahora una señal de identidad ideológica. Son los países más ricos los que ceden a la tentación de la eutanasia. La opción por los pobres nunca implica una opción por la muerte.
El Defensor del Pueblo decía que era necesario tener un buen criterio para decidir. Lamentablemente ya no podía pedirse una orientación a la Iglesia, que parecía empeñada en cerrar todos los caminos al progreso. Así que ofrecimos a su consideración algunos criterios por si los consideraba válidos.
El señor Defensor del Pueblo se mostró totalmente de acuerdo con estos cuatro criterios. Es más, dijo que habría que darlos a conocer inmediatamete y promoverlos en la sociedad.
Cuando le dijimos que esos criterios reflejan exactamente el pensamieto de la Iglesia Católica sobre la muerte digna, expresado en la instrucción Iura et bona,de la Congregación para la Doctrina de la fe (5.5.1980), se mostró más que sorprendido.
La reacción de los cientos de jóvenes que habían organizado aquel congreso en su propia universidad fue francamente divertida.
Evidentemente siempre es fácil imaginar gigantes amenazadores para salir a combatirlos con la ferocidad que no se merecen los molinos de viento.