La LOMCE, la clase de Religión, los derechos y los sectarismos ? editorial Ecclesia
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El viernes 17 de mayo, el Consejo de Ministros del Gobierno de España aprobó finalmente el anteproyecto de la próxima ley de Educación, la LOMCE (Ley Orgánica de Mejora de la Calidad de la Enseñanza). Dicho anteproyecto pasa ahora a su tramitación parlamentaria y todo parece indicar ya que su entrada en vigor no será hasta el curso académico 2014-2015.
Por lo que directamente afecta a la Iglesia, la LOMCE establece que, tanto la asignatura de Religión, de libre elección por los alumnos, como su alternativa -Valores Culturales y Sociales en Primaria y Valores Éticos en Secundaria-, serán evaluables y la nota contará para la media del curso "a todos los efectos", ya sea para optar a una beca o para calcular el resultado de las pruebas externas de evaluación, "como el resto de las asignaturas". Ambas materias, que tienen un régimen especial porque es obligado ofertarlas en línea con los acuerdos con la Santa Sede, no se consideran troncales y se podrán cursar como optativas desde la Primaria, facilitando así que quien lo desee pueda estudiar las dos y no sólo una.
Junto a otras novedades de carácter lingüístico, pedagógico y técnico y la potenciación de la Formación Profesional, la LOMCE hará desaparecer la asignatura, introducida por los Gobiernos socialistas, de Educación para la Ciudadanía (EpC). Sus contenidos de carácter transversal serán diluidos y recogidos en distintas materias escolares, desposeyendo a los mismos -así lo esperamos- de connotaciones ideologizadas y sectarias que convertían, a nuestro juicio, a esta materia en inaceptable.
El nuevo, el recuperado, estatus de la clase de Religión ha suscitado, una vez más, una disparatada catarata de críticas e insidias por parte del PSOE y de IU. De nuevo, ambas formaciones han cuestionado la validez de los vigentes Acuerdos Iglesia-Estado y, lo que es más, han hecho demagogia fácil y falaz ?son especialistas?- y pretenden chantajearnos a todos, asegurando que denunciarán ?como si pudieran hacerlo- dicho acuerdos de carácter internacional.
Olvidan además el PSOE e IU que no solo son los Acuerdos Iglesia-Estado de 1979 quienes avalan la presencia de la clase de Religión en la escuela, como una asignatura más, sino que también lo es la misma Constitución Española de 1978, en su artículo 27. O dicho de otra manera: que no es un privilegio la oferta de la clase de Religión y su estatus plenamente académico, sino expresión del derecho fundamental de los padres a elegir la formación moral que deseen para sus hijos, y, en consecuencia, un deber para las administraciones públicas el ofertala debidamente.
En este contexto, la CEE ha hecho público un nuevo documento de su asamblea plenaria. Orientaciones pastorales para la coordinación de la familia, la parroquia y la escuela en la transmisión de la fe es su título (ver página 14). Con respecto a la enseñanza religiosa católica en la escuela, el documento recuerda que se trata de "un derecho de los padres y alumnos". El contenido y la peculiaridad de esta enseñanza es "presentar el mensaje y acontecimiento cristianos en sus elementos fundamentales, en forma de síntesis orgánica y explicitada, de modo que entre en diálogo con la cultura y las ciencias humanas, a fin de procurar al alumno una visión cristiana del hombre, de la historia y del mundo, y abrirle desde ella a los problemas del sentido último de la vida".
Y es que ?añaden los obispos- la religión no es solo una realidad interior, sino que también ha sido y es un elemento integrante del entramado social humano y un ineludible hecho cultural. "Por ello, los contenidos fundamentales de la religión dan claves de interpretación de las civilizaciones. Y si la religión es un hecho cultural importante que subyace en el seno de nuestra sociedad, es evidente que su incorporación a la escuela enriquece y es parte importante del bagaje cultural del alumno".
Y frente a voces que cuestionan la presencia de la religión en la escuela, los obispos ofrecen algunos motivos -añadidos a los ya citados- para su presencia. La clase de Religión es necesaria para "comprender la civilización europea en la que estamos sumergidos", "favorece la unidad interior del alumno creyente", "brinda al alumno motivos para vivir, le ofrece valores morales a los que adherirse y le indica caminos para orientar su comportamiento".
Y todo esto es lo verdadero y lo justo; y lo contrario, rabietas, alborotos y sectarismos.