Los celos son una de las causas del cese de la convivencia matrimonial

Los celos son una de las causas del cese de la convivencia matrimonial

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Los celos son una de las causas del cese de la convivencia matrimonial

Los celos entre esposos y parejas son obsesiones fijas y constantes dudas de desconfianza del uno sobre la fidelidad del otro. Pueden ser fundados o no. Los no fundados son generalmente ocasionados por el complejo de inferioridad de uno sobre el otro ante el temor de perderle. El cónyuge que sufre celos infundados se siente inferior y no entiende ni admite que el otro cónyuge tenga ideas, opiniones, aficiones, compañías y amistades distintas a las suyas. En este sentido, el sabio rey Salomón enseña: "los celos son duros como los sepulcros y sus brasas de fuego son fuerte llama". San Pablo los considera: "obra de la carne" y Miguel de Cervantes escribe: "los celos son cuchillo de las más firmes esperanzas".

Dialogar con una persona que sufre de celos infundados es muy difícil, porque no sabe escuchar y no piensa más que en sus derechos. Si es hombre, espía a su mujer, se esconde para ver a donde va, qué hace y le cuenta el tiempo. Si es mujer, espía a su marido, rebusca sus bolsillos y los cajones de su casa y le contrala sus llamadas telefónicas.

Estas personas celosas se imaginan lo peor y sus continuas palabras son de desamor, desesperación y amenaza que generan violencia de género, malos tratos físicos y síquicos, terminando en el cese de convivencia que dan lugar a separaciones, divorcios, lesiones y crímenes entre ellos, como estamos viendo y oyendo todos los días, a pesar de las muchas leyes y medidas policiales y judiciales existentes.

Los celos no se remedían con leyes y medidas policiales y judiciales, sino con amor, porque como enseña san Pablo: "el amor es paciente, servicial, todo lo cree, todo espera, todo tolera y todo soporta", y por consiguiente, crea vida, comunión, unión, fidelidad, respeto y bienestar, comparte ideas, sentimientos, economía, recuerdos, trabajos, alegrías, penas, necesidades, dificultades, dolores, sufrimientos, aficiones, inquietudes, éxitos y fracasos y respeta la libertad personal del otro.

San Agustín enseña: "ama y haz lo que quieras, si callas callarás por amor, si hablas hablarás por amor, si corriges corregirás por amor, si perdonas perdonarás por amor. Lacordaire escribe: "el amor es el principio de todo, la razón de todo y el fin de todo". Dante manifiesta en su Divina Comedia: "el amor mueve el sol y las estrellas". San Juan de la Cruz dice: "el amor ni cansa ni se cansa". Quevedo afirma: "el amor es la última filosofía de la tierra y del cielo".

José Barros Guede

A Coruña, 5 agosto del 2014