Oración para el Adviento 2014, por Luis Ángel Montes Peral
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Oración para el Adviento 2014, por Luis Ángel Montes Peral
Cada Adviento, Señor, vienes a nosotros
y confrontas nuestra fe con tu triple presencia de plenitud histórica,
ya que has venido, sigues viniendo y vendrás en el futuro final.
Efectivamente viniste a esta tierra, Señor, hace más de 2.000 años,
en el momento propicio, cuando la espera de un salvador era un ansia universal.
Tu entrada en este mundo fue anunciada por los profetas y ansiada por los piadosos.
Al llegar la plenitud de los tiempos, cuando Dios lo dispuso en sus designios,
naciste de la Bienaventurada Virgen María, que te recibió con una inmensa alegría.
Pasaste entre nosotros haciendo el bien a manos llenas,
testimoniando el amor al Padre y a los hermanos,
anunciando la buena noticia del reino sobre todo a los pobres, curando a los enfermos,
acogiendo a los débiles y perdonando a los pecadores con entrañas de misericordia.
Tanto nos amaste, que por nosotros moriste en el madero de la Cruz.
Resucitado de entre los muertos en el día grande de la justicia divina,
ahora vives en medio de nosotros y nos comunicas permanentemente vida.
Sigues viniendo a tu Iglesia, Señor, a cada uno de nosotros tus discípulos,
pero también a toda persona de buena voluntad, aunque no haya oído hablar de ti.
Con la ayuda del Espíritu Santo Consolador, que todo lo renueva,
multiplicas tu presencia en la Eucaristía de cada día, hablándonos de alma a alma.
Nos muestras tu corazón manso y humilde, así como el amor sin barreras que sale de él.
Nos llamas a la generosidad, para seguir tus pasos en el camino de la entrega.
Actuas en nuestro servicio, en cada acogida que hacemos al necesitado,
en el gesto de bondad, que mostramos con los desheredados de la sociedad.
Y nos aseguras que nada de lo que hagamos por los pequeños y desamparados,
en los que tu estás presente de una manera muy especial,
quedará sin la debida recompensa, esa recompensa grande que tú darás,
cuando llegue el momento final y nos examines de la práctica de la misericordia.
Es seguro, Señor, que vendrás para juzgar a vivos y muertos,
para culminar la obra de la creación y de la salvación,
y para crear un cielo nuevo y una tierra renovada más allá de los grandes deseos,
recapitulando así todas las cosas de acuerdo con el proyecto original de la Trinidad,
de la que formas parte como Hijo del Padre y Dador del Espíritu.
Con tu venida en este Adviento 2014 nos estás advirtiendo una vez más,
que el destino último del hombre depende de la práctica del amor,
de nuestra colaboración contigo en bien de la paz, la justicia y la solidaridad,
de nuestra disposición a ayudar a los desheredados de la tierra.
Ayúdanos con tu palabra y tu testimonio a estar siempre preparados,
para que cuando llegue tu entrada triunfal en gloria y majestad,
nos encuentres dispuestos y gozosos para compartir la mesa del reino definitivo.
Cada Adviento, Señor, vienes a nosotros
y confrontas nuestra fe con tu triple presencia de plenitud histórica,
ya que has venido, sigues viniendo y vendrás en el futuro final.