Poema para el Año Cervantino, por Francisco Vaquerizo
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Poema para el Año Cervantino, por Francisco Vaquerizo
Con motivo de celebrar ? próximo jueves ? la muerte de Cervantes y por estar celebrando el año del Quijote, os envío este romance. Me permito dedicarlo especialmente a mis exalumnos/as de Literatura; les hará recordar algunas cosas que me oyeron en clase. Esa ilusión me hago, al menos, aunque tampoco estoy muy convencido. Un saludo primaveral. Francisco.
ANIVERSARIO
Cuatrocientos años ya,
caminando don Quijote
por los campos de una España
que ha perdido un poco el norte.
Años de yelmos mambrinos,
de posadas y mesones,
de apasionados discursos
a cabreros y pastores,
de batanes que golpean
el corazón de los hombres
y de ingeniosos arbitrios
para ofrecer a la Corte.
Cuatrocientos años ya,
de riñas y discusiones,
de caballeros andantes
entre tropiezos y golpes
con desalmados yangüeses,
con sabios encantadores,
con el propio Satanás
y otras fuerzas superiores
que no dejan de acosar
ni de día ni de noche.
Cuatrocientos años ya,
de ginesillos guasones,
de pomposos vizcaínos,
y venteros socarrones.
Años de topar con cuerdas
de forzados galeotes
que ni respetan la ley
ni agradecen los favores
y encantados de vivir
contra el derecho y el orden.
Cuatrocientos años ya,
Rechazando las presiones
de sobrinas, bachilleres,
licenciados y doctores;
y de largas soledades
en las grutas de los montes,
haciendo ejercicios por
la dama de sus amores,
y de bodas de camachos;
de guiños a maritornes,
de encantadas labradoras
y de cencerriles noches.
Cuatrocientos años ya,
de caminos y horizontes,
de molinos que interceptan
la trayectoria del héroe
y que te acaban dejando
el cuerpo lleno de golpes.
Años de sueños perdidos,
de rebaños y pastores,
de generales y ejércitos
y de enjaulados leones,
por más que " a mí leoncitos"
no me asustan, que, a mayores
enemigos, mayor honra,
mayor fama y mayor nombre.
Cuatrocientos años ya,
de entelequia y ficciones,
de cuevas de montesinos
que, entre visos y visiones,
dejan la imaginativa
en tan tristes condiciones
que olvidarás, por completo,
distinguir pares de nones.
Años de dones y doñas,
de gaiferos y de roques,
de clavileños volando
entre gritos y explosiones,
para burla y diversión
de quienes creen ser nobles
porque tienen larga hacienda
y escudos en sus balcones.
Cuatrocientos años ya,
de penas y sinsabores,
de buscar a Dulcinea
y de azote tras azote
para que la ínclita moza,
tan encantada, la pobre,
salga de su encantamiento
y se entere todo el orbe
de quiénes son Sancho Panza,
Dulcinea y don Quijote.
fin