Un proyecto cultural territorial para España
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Un proyecto cultural territorial para España
Hoy día, los partidos políticos del Estado español luchan y contienden a causa del problema territorial de España. Unos son partidarios de las Autonomías dentro de la unidad de la Nación española. Otros, del Federalismo o Confederalismo dentro de la unidad de España. Otros, de la Independencia de determinados territorios, Euskadi, Cataluña y Galicia. La solución este grave y tenso conflicto político entre los partidos políticos podía estar en un proyecto cultural territorial, común, general y civilizado de España que genere nuevas formas antropológicas, sociales y económicas de vida y de paz que proporcionen diálogo, entendimiento y convivencia social a sus políticos.
En este sentido, la UNESCO declara: la cultura da al hombre la capacidad de reflexionar sobre sí mismo, es ella la que hace de nosotros seres específicamente humanos, racionales y éticamente comprometidos. A través de ella discernimos los valores y efectuamos opciones, el hombre se expresa, toma conciencia de sí mismo, se reconoce como un proyecto inacabado, pone en cuestión sus propias realizaciones, busca incansablemente nuevas significaciones y crea obras que lo trascienden
Originariamente la palabra cultura proviene de la forma y manera de cultivar los campos. A partir del siglo XVI, se aplica a la forma y manera que tienen las personas de vivir, hablar, trabajar, comer, vestir, divertirse, relacionarse, comportase y organizarse familiar y políticamente cultivando sus facultades intelectuales y morales y sus capacidades manuales y técnicas.
Según su extensión, la cultura es universal cuando es común a todas las sociedades, pueblos y naciones del mundo. Es general, cuando comprende todos los rasgos particulares de un Estado político. Es particular, cuando reúne unos rasgos específicos de una comunidad. Según su desarrollo, la cultura es primitiva cuando mantiene características conservadoras y precarias de desarrollo técnico y no tiende a innovarse. Es civilizada, cuando está actualizada y busca nuevas formas de desarrollo social.
Nuestros políticos deben, pues, buscar un proyecto cultural territorial, común, general y civilizado, donde todos los ciudadanos y políticos españoles nos encontremos a gusto conviviendo con salud, paz y bienestar dentro de España. La cultura cristiana, tan arraigada, profunda y de tanta historia en todas nuestras comunidades autonómicas, y, en concreto, en nuestras nacionalidades de Euskadi, Cataluña y Galicia, puede ser una de sus bases sobre el que se construya.
José Barros Guede.
A Coruña, a 23 de octubre de 2015