La Resurrección: santo Tomás de Aquino y san Beda Venerable

La Resurrección: santo Tomás de Aquino y san Beda Venerable

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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La Resurrección: santo Tomás de Aquino y san Beda Venerable

En el Tratado más brillante y profundo de la Vida de Cristo, Santo Tomás de Aquino aborda con la profundidad y piedad que le caracteriza todas las cuestiones de la Vida del Señor con la más genuina visión teológica católica.

Desde la santificación de la Bienaventurada Virgen María, hasta la Ascensión del Señor, pasando por la Encarnación, la Vida Pública, la Pasión, Descendimiento de Cristo a los infiernos y la Resurrección. Siguiendo ordenadamente los artículos del Credo de la Iglesia. Símbolo de la Fe

Al tratar las cuestiones relacionadas con la Resurrección examina cuestiones tan importantes como la de las manifestaciones del Resucitado a sus discípulos. Una de la más delicada es: si después de la resurrección Cristo debió vivir continuamente con sus discípulos. Santo Tomás niega que Cristo hubiese vivido continuamente con sus discípulos después de su resurrección. Y esto por dos motivos, porque para demostrar la verdad de la resurrección bastó que se les hubiese manifestado varias veces y con ellos hubiera conversado familiarmente, comiendo y bebiendo con ellos. Para manifestar la gloria de la Resurrección no quiso conversar con ellos continuo, como lo antes lo hacía porque non pareciera que había resucitado a una vida igual a la de antes. Por esto dice San Lucas: "Esto es que os dije cuando estaba con vosotros". Ahora-sigue Santo Tomás- estaba con ellos con una presencia corporal, pero antes había estado con ellos no solo con la presencia, pero también con la semejanza de la mortalidad".

Santo Tomás apoya su argumentación con un breve texto del gran historiador y teólogo inglés San Beda, el Venerable, quien estableció un método histórico para establecer el nacimiento de Cristo, conocido y seguido en Europa. San Beda es el padre de la erudición inglesa. Murió a los 63 años en el abadía de Jarrow, víspera de la Ascensión el 25 de mayo de 735. El texto que cita Santo Tomás es el siguiente: "Cuando aún estaba con vosotros en carme mortal, es la que también estáis vosotros. Estaba entonces resucitado en la misma carne, pero no estaba con ellos en la misma mortalidad"

Fidel García Martínez

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