San Agustín en tiempo del COVID-19
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Los fiesta oficiales y laicas de Avilés en honor de su Santo Patrón, Agustín de Hipona, uno de los genios más importantes de la historia de la Filosofía y Teología: Maestro insuperable de la oratoria y retórica de Occidente durante miles de años; padre de la psicología por sus extraordinarias Confesiones, ha quedado este año 2020 desvirtuadas por las medidas sanitarias y sociales de obligada complimiento incluido la denostada mascarilla, tan necesaria bien llevada y con responsabilidad: ni los agoreros más pesimistas podían imaginar la pandemia que cambiaría nuestras vidas hasta no se sabe cómo y cuánto. En la memoria de todos los avilesinos pervive aún un programa lúdico-deportivo del 2019. En el cartel de marras un horrendo mancho cabrío dotado de una enrevesada cornamenta, tétrico y furibundo vomitaba por su feroz boca en forma de lenguas de fuego un conjunto de palabras relacionadas con pasatiempos y las diversiones, lo que provocó en muchos avilesinos un rechazo total por su chabacanería y ordinariez, falta de respeto y desconocimiento de lo que es y ha significado históricamente para Avilés San Agustín, durante siglos.
Este año las fiestas municipales van a ser más austeras y menos ruidosas en parte porque desde la alcaldía el remanente del ayuntamiento va a ser destinado a otros fines, lo que ha provocado un malestar general en los ayuntamientos de todo color político. Algunos como el de Oviedo se han negado de forma total a tal desafuero. Las fiestas auténticas de San Agustín se celebran este año de forma muy correcta y brillante gracias a las celebraciones litúrgicas y pascuales que tienen lugar en la Parroquia de San Nicolás de Bari en las que intervienen dos instituciones muy dinámicas y representativas de la esencia del Avilés más auténtico y tradicional. La Junta de las Cofradías de la Semana Santa, y la Cofradía del Bollo, que presenta una revista con importantes documentos de la historia de Avilés y conocidos articulistas. San Agustín analizó con profundidad en su obra La Ciudad de Dios, una síntesis grandiosa de la Historia de la Salvación. Una parte de la misma está relacionada con los cultos paganos a satanás. Nuestro gran prócer, Jovellanos, en sus obras sobre las fiestas populares, se manifestaba contrario a la manipulación oficial de las mismas cuando escribía: las autoridades debían dejar a las personas que se divirtieran libremente, facilitándoles las medidas oportunas y sin imposiciones.