Una lectura de Hegel
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Puede parecer extraño dedicar un tiempo del verano a leer la Lógica de Hegel. Sin embargo, en todas partes se encuentran perlas que estimulan nuestro pensamiento, herido por noticias de virus y pandemia, de terremotos e inundaciones, de conflictos militares y tremendos atentados.
Evidentemente, las cosas no son tan sencillas. Ya dice Hegel que se puede caer en la vanidad y la presunción de creer que se está de un modo inmediato en la verdad.
Entre esos "mitos", elige el relato bíblico del paraíso. Es discutible su interpretación del árbol del bien y del mal. No es cierto que para la Iglesia el hombre es malo por naturaleza. Es verdad que en tiempo de Hegel no habían aparecido las modernas lecturas sobre el pecado original. Con todo, es muy sugerente su interpretación del pudor de Adán y Eva, que los separa de "su ser natural y sensible".
Es evidente que la lectura de los grandes filósofos es una buena ocasión, no para la evasión de los problemas de cada día, sino para considerar con seriedad el origen de las cuestiones que hoy se nos plantean.