Una libertad condicionada

Ante la situación de extraordinaria vulnerabilidad que viven las personas migrantes, desde la vicaría episcopal para el desarrollo humano y la integración de la archidiócesis de Madrid se acaba de publicar el documento titulado “El actual momento migratorio. Puntos críticos y retos” en el que, además de hacerse una exposición de algunas de las problemáticas, se aportan posibles soluciones después una larga y continuada lectura evangélica de esta realidad. En este línea, en un par de semanas estaremos hablando precisamente de la Jornada de las Migraciones para la que el Papa ha preparado un muy interesante mensaje “Libres de partir, libres de quedarse”, en el que dice ha constatado que la garantía de esa libertad constituye una preocupación pastoral extendida y compartida.

Debemos centrar la mirada en las que Francisco señala las migraciones forzadas entre cuyas causas encontramos persecuciones, guerras, fenómenos atmosféricos y miseria.

En el primero de esos documentos se refleja el aumento de la precariedad, o la cada vez mayor desproporción entre las necesidades y los recursos que se disponen para atender a estas personas. También se habla del gran problema de la invisibilidad o inexistencia para las administraciones públicas. En este sentido, el santo Padre reclama una buena política, transparente, honesta, con amplitud de miras y al servicio de todos, preocupada por el respeto por la dignidad de cada migrante.

Mientras se trabaja para que toda migración pueda ser fruto de una decisión libre, nosotros también podemos y debemos cuestionarnos qué hacer. Una acción que pasa por la construcción de comunidades cristianas abiertas y misioneras, dispuestas a acoger, proteger, promover e integrar a todos, sin distinción, sin dejar a nadie fuera. Comunidades capaces de aportar calidad y calidez en la acogida. Porque son, nos recuerda Francisco, unos compañeros de viaje especiales a los que hemos de amar y cuidar. Lo dice muy acertadamente el arzobispo de Madrid, los hermanos migrantes son profetas del tambor de Dios que desnudan nuestras contradicciones y deben ayudarnos a construir esperanza.