En sus zapatos, por Ana Medina
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Un amigo acaba de perder a su padre. Era mayor y estaba delicado, pero la muerte es la muerte y un padre, algo que no puede ser reemplazado ni siquiera por un baúl lleno de recuerdos. Su existencia dota a la vida del hijo de un sentido más allá de lo consciente.
Una amiga de ambos me comentaba el otro día que le había confesado: "Ahora sé lo que es perder a un padre. Hasta que no lo vives, no tienes ni idea". Y ese comentario despertó en mí una bombillita espiritual que ha iluminado diferentes realidades de la vida. Una de ellas, la más cercana, fue el abrazo que ese mismo amigo me dio cuando murió mi madre, y que aún recordamos a veces con un viso de pudor en la mirada. Fue consuelo en estado puro, cuando más lo necesitaba.
Otra es la encarnación del hijo de Dios. Nuestro Padre siempre ha tenido claro lo que mi amigo ha experimentado ahora en carne propia: si no lo has vivido, no sabes lo que es, no puedes ponerte en la situación del otro, comprenderlo, acompañarlo.
Algo así es lo que ha querido decirnos el Papa al elegir el tema de la próxima Jornada de las Comunicaciones Sociales, que se publicará el 24 de enero, día del patrón de los comunicadores: "Ven y lo verás". Acércate al otro, conoce quién es, qué le preocupa, dónde vive, quiénes son los suyos? y podrás acercarte y contar una parte al menos del misterio de su vida.
Por Ana Medina