No es utopía, por Marifrán Sánchez
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Hacia un nosotros cada vez más grande nos sitúa ante una meta; como Iglesia que está en salida, nos sentimos interpelados a trabajar para que este proyecto no sea una utopía. Se trata de una invitación a cambiar y ampliar nuestra mirada. Las grandes cosas se construyen desde abajo, en el día a día, con la constancia de quienes se lo toman en serio y se implican. Es una tarea de todos, porque todos formamos parte del "nosotros", que aún no es lo suficientemente grande. Cada día es una oportunidad para hacer que, en nuestro entorno, este "nosotros" siga creciendo. Es una llamada personal, el mensaje del papa Francisco es también para ti. Es en nuestra vida cotidiana donde tenemos la ocasión de ser constructores de fraternidad. El encuentro con cada persona que se cruza en nuestra vida, supone una ocasión para reconocernos como hermanos. Desde que cerramos la puerta de nuestra casa por la mañana, estamos invitados a dejarnos encontrar por el otro e ir forjando ese "nosotros cada vez más grande"; en las calles por donde transitas, en tu lugar de trabajo, en la parroquia, en el supermercado, en el rellano de tu casa, en la tienda del barrio, en el bar donde tomas el café; también cuando te cruzas con alguien por la calle, aunque no intercambies palabras ni miradas.
Y en este camino de encuentros y oportunidades, también nos encontramos con esa diversidad que proporcionan las personas migrantes, que nos aproximan e interpelan, y nos recuerdan que la fraternidad universal llega a todos los rincones de la tierra.