La invitación que nos hace el Señor en nuestra vida cristiana, reflejada en el Evangelio de este domingo
El periodista y sacerdote Josetxo Vera, ahonda en 'Chateando con Dios' en la Palabra de Dios de este domingo, 17 de enero
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Hay una expresión que se pone siempre en la boca de los gallegos cuando dos personas hablan entre ellos y uno le pregunta, “¿dónde vas?” y el otro le contesta “manzanas traigo”. El primero le dice, “¿a qué precio?” y el segundo le contesta, “coloradas”. Es una forma de no poder establecer un diálogo.
Nosotros tenemos la certeza absoluta que Jesucristo nació en Belén, pero si uno lee el Evangelio de este domingo le queda la duda que si Él y sus primeros discípulos no serian un poco gallegos. Tenemos el Señor que le pregunta a unos discípulos: “¿Qué buscáis?” y ellos les contestan “¿dónde vives?” y el Señor les contesta, “ven y verás”. Entre las tres preguntas no han hecho ninguna respuesta. Sin embargo, ha cambiado la vida de los dos discípulos que se acabarán convirtiendo en dos de los Apóstoles del Señor.
El relato del Evangelio tiene varias enseñanzas que nos pueden ayudar en la vida cristiana. En el Evangelio encontramos a Juan el Bautista que está con sus discípulos y entre ellos están Andrés y Juan. A estos dos les dice: “Mirad, este es el cordero de Dios” y eso para todos los judíos tenía una enseñanza profunda. Es la misma expresión que utilizamos en la Misa cuando hablamos de Jesús y los sacerdotes lo muestran a los fieles.
Los dos discípulos entonces siguen al Señor y este les hace una pregunta: “¿Qué buscáis?”. También a nosotros el Señor nos hace esta misma pregunta. Cuando nosotros, los cristianos, nos acercamos al Señor, ¿qué le estamos pidiendo? Es una pregunta para nuestra oración personal. Ojalá que cuando nos sentemos a rezar, escuchemos esta pregunta del Señor. ¿Qué busca nuestro corazón cuando busca estar con el Señor?
Y la respuesta de los dos discípulos es: “¿dónde vives?”. En el fondo le preguntan al Señor quién es y cuál es su misión. Donde vives es mucho más que una pregunta. Y la respuesta del Señor es una invitación: “Ven y verás”. También para nosotros, que a veces le hacemos al Señor esa misma pregunta, la respuesta es esa misma, “ven y verás”. Pero también hay que acercarse a los otros lugares de la presencia de Dios entre nosotros, las personas necesitadas, los pobres, los enfermos, la Palabra de Dios. Allí vive Jesús y está esperándote.
Esa es la experiencia que tenemos que vivir como cristianos. Hay otro punto de este Evangelio que nos puede ayudar con nuestra vida cristiana. Es el testimonio de Andrés que ha compartido la tarde con el Señor y que inmediatamente va a decir a su hermano Simón: “Hemos estado con el Mesías”.
Este Evangelio es un resumen de nuestra vida cristiana. El encuentro con Jesucristo, estar con Él, reconocerlo como el Señor y anunciarlo a los que tenemos cerca. El Evangelio termina con el encuentro entre Simón y Jesús que se acerca a él y lo reconoce: “Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas (que se traduce Pedro)”. Jesús te reconoce siempre.
Seguro que de algunos de estos flecos sale una oración para nuestra semana, un propósito, una pregunta para hacernos, un deseo de anunciar a Jesucristo en el mundo. La vida cristiana es un avance y con el Evangelio de cada domingo tenemos que dar siempre un paso más. Cada semana tenemos que dar un paso de conversión en nuestra vida cristiana.