El testimonio actual que nos dejan las dos parábolas protagonistas del Evangelio de este domingo

Hace unos días se conoció la noticia de la muerte en Venezuela de la Hermana Rosario, una de las impulsoras de las Misioneras de la Caridad que fundó la primera casa fuera de la India. Se encontró un día, durante sus estudios

.

La hermana Rosario, que entonces era una chica normal de su tiempo, salió corriendo de su ciudad y se fue a Calcuta con 5 compañeros. Ingresaron en las Misioneras de la Caridad y, al tiempo, la Madre Teresa de Calcuta

en Venezuela. Allí ha muerto casi 50 años después, tras una vida entregada a los pobres,

A veces buscamos hacer grandes bienes en la sociedad y, sin embargo, nos damos cuenta que solamente podemos hacer pequeños bienes. La Hermana Rosario lo ha estado haciendo durante todos esos años y ahora ha muerto, seguramente gozará de la presencia de Dios,

hizo verdad una frase que decía mucho la Madre Teresa de Calcuta: “

”.

donde nos está diciendo que Jesucristo tiene un don de gracia que brota de la Cruz y que llega a los pequeños, a los débiles, a los que están solos y tristes. Este mes nos hace darnos cuenta de la importancia de las cosas pequeñas, de que lo que poquito que valemos es mucho,

.

De eso van las lecturas de este domingo que nos hablan de dos parábolas sobre el Reino de los Cielos

. Lo mismo pasa en la segunda parábola: el grano de mostaza que, sin saber cómo, acaba siendo un gran árbol que protege a muchos pájaros. Esa es la Iglesia,

. Sin saber cómo acaba protegiéndonos a todos. Todos tenemos un lugar en la Iglesia.

¿Cómo crecen las cosas?

. En la vida de la Iglesia es así,

”. La vida de la Iglesia es la de tantísima gente que hace una pequeñita cosa cada día, una cosa a la semana, un detalle de caridad, visitar a un enfermo, preparar una catequesis, preparar el altar.

. A veces podemos pensar que hace falta una gran transformación de las instituciones, de la jerarquía y, sin embargo,

Ese es el testimonio que nos dejan estas dos parábolas sobre la semilla que, sin saber ni cómo ni cuándo,

. La Iglesia nos pide que siendo pequeños, seamos fieles.