¡Que viva nuestro Rey!

Reflexión sobre el evangelio de hoy 25 de noviembre 2018: "¡Que viva nuestro Rey!"

Javier González

Publicado el - Actualizado

4 min lectura

Yo tenía un amigo que quería ser Rey. Desde bien pequeño le apasionaba el tema de los cetros y las coronas. Él solo iba al cine si en la película salía algún rey. De hecho, los domingo que quedábamos a ver el fútbol, él se dedicaba a ver 'Juego de Tronos' en el móvil.

Hace poco, por casualidad, se encontró un periódico de papel. Y le sorprendió tanto comprobar que siguen existiendo, que lo cogió, se metió en un café en frente del palacio real -es su sitio favorito para salir los sábados- y se puso a leerlo. 

La cosa estaba interesante entre Cataluña y el Brexit hasta que se encontró con un anuncio: "Buscamos a un candidato para Rey. Buena remuneración." Ya había optado a algún perfil parecido antes, pero siempre pedían muchos idiomas -y eso no es lo suyo- y algún que otro máster de sobra.

El caso es que decidió llamar -por probar oye- y al parecer le contestaron para hacer una entrevista. El tío sin pensárselo dos veces, se puso sus mejores galas, el traje reservado para las bodas -que últimamente se casa mucha gente-, cogió su lista interminable de títulos y un currículum más ancho que el Quijote y se fue hacia la oficina donde le habían citado.

"Cogí un 'Uber' obviamente" me contaba, "quería que la gente viera que soy una persona de bien, que para eso quiero ser rey." Y el caso es que conforme iba viendo el trayecto en el 'google maps', se iba mosqueando un poco más. "Esto está muy lejos", pensaba. Y desde luego que el barrio por donde se estaba metiendo su coche, no tenía ni mucho menos pinta de 'reino'.

"Pues aquí es", dijo el conductor, y mi amigo no daba crédito. Eso se parecía más a una chabola que a un lugar donde están buscando a un rey como dios manda. Pero se bajó del coche obediente y se quedó mirando el 'edificio' mientras el coche se iba. 

En esas estaba, con su traje y su perfecto currículum, alucinando en ese lugar sucio, pobre y mugriento; cuando se le acercó una mujer -que "parecía vivir en la calle" según mi amigo- y le preguntó: "¿Se ha perdido?"

Mi amigo sin tan siquiera mirar a esa 'vagabunda' y con mucha precaución -no vaya a ser que me pida algo- dijo: "Pues tiene pinta".

"¿Viene por el anuncio?"

Aquí ya mi amigo ya sí que no daba crédito y terminó por echar una mirada desorientada a la mujer:

"Sí. ¿Cómo lo sabe?"

"Pues estás en el lugar correcto," y le quitó el 'cv' de las manos.

Mi amigo implosionaba por momentos porque no se creía lo que estaba pasando. La mujer sacó unas gafas sin cristal de entre sus pobres arapos y se puso a leer sus 'títulos'. 

Hablaba consigo misma por lo 'bajini' mientras asentía y de vez en cuando negaba un poco con la cabeza. Cuando terminó, miró de arriba a abajo a mi amigo y le dijo:

"Lo siento, no eres la persona que buscamos."

Mi amigo ya, parece ser, que asumió que todo debía ser una broma de YouTube y decidió seguirle el juego a esa señora tan guasona:

"Pero mujer, si llevo preparándome toda la vida para ser rey. He estudiado dos carreras, he hecho dos másters, he aprendido cinco idiomas, voy al gimnasio todos los días, tengo dinero, fama, muchos amigos... Soy el candidato perfecto."

Y la mujer, sonriendo y mirándole como con misericordia le contesta:

- "¿Quieres ser Rey de verdad?"

- "Pues claro."

- "Pues entonces nada de trajes."

- "¿Y la corona?"

- "De espinas."

- ¡¿Qué?¡

- "Tus estudios no sirven. Tendrás que dedicar a los demás toda tu vida, sin recibir nada a cambio."

- "¿Nada?"

- "Nada. Además, vas a querer a todas las personas que te rodean y no va a ser nunca correspondido. Y para colmo, dentro de unos años, te insultarán, te odiarán y te matarán."

- "Disculpe," le dice mi amigo ojiplático, "pero eso no es ser rey. Se está equivocando. ¿Quién haría eso? ¡Ningún rey haría eso!"

Y la señora sin inmutarse le responde:

- "Así lo hizo Jesús. Él nació en un portal, en un pesebre, con lo poco que había por medio. Él vivió toda su vida a escondidas, trabajando en un trabajo humilde y sin crédito. Y cuando por fin se alza como Rey verdadero y muestra a la gente que es Dios y lo mucho que nos quiere... le crucifican."

- "Bueno mujer pero luego resucita ¿no?"

- "Sí, para quedarse en un trozo de pan. ¿Estás dispuesto a todo eso? ¿Serías capaz?"

Ante eso mi amigo ya se derrumba, mira al suelo sin entender muy bien todavía lo que está pasando y se afloja un poco la corbata. Y cuando vuelve a mirar a la señora... ya no está. Pues igual llevaba razón la señora.

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