María Auxiliadora, la intercesora de los cristianos ante Dios

Como cada 24 de mayo, hoy se celebra el día de María Auxiliadora. La devoción a esta advocación de Nuestra Señora es una de las más extendidas entre los cristianos, entre otras cosas por apelar directamente al papel de la Virgen como intercesora de la Iglesia ante Dios y también por haber sido impulsada por algunos santos.

La identificación de María con aquella que trae socorro se remonta a los Padres de la Iglesia; por ejemplo, San Juan Crisóstomo y San Juan Damasceno ya se refieren a la Virgen como ‘Auxiliadora’. No obstante, el motivo de que la fiesta de esta advocación se celebre el 24 de mayo es mucho más reciente y tiene que ver con Napoleón.

Y es que el Papa Pío VII, que gobernaba la Iglesia a inicios del siglo XIX y que tenía gran devoción a María Auxiliadora, tuvo que vérselas con el emperador francés en su ambición por conquistar Europa. Su negativa a apoyar políticamente a Napoleón le llevó a estar preso del general corso después de que este invadiera los Estados Pontificios. Durante su cautiverio, el Papa prometió a la Virgen que, si quedaba libre, consagraría ese día en honor de María Auxilio de los cristianos. La pérdida de influencia de Napoleón acabó con el encierro del Pontífice un 24 de mayo de 1814.

Además, uno de los santos que contribuyeron más decisivamente a la extensión de la devoción a la imagen de María Auxiliadora fue San Juan Bosco, fundador de los salesianos, por lo que esta advocación se asocia de manera particular con esta congregación de la Iglesia.

Don Bosco empezó a invocar a la Virgen bajo el nombre de María Auxiliadora en 1860, cuando la propia Señora le comunicó su deseo de ser honrada por ese título. El santo también recibió el encargo de María de levantar un templo en su honor, que se traduciría en la basílica de María Auxiliadora de Valdocco (Turín, Italia).

En esta iglesia se guarda la imagen más popular de esta advocación de la Virgen. Se trata de un cuadro pintado por Tomás Lorenzone que se sitúa hoy en día tras el altar mayor y que puede admirarse desde cualquier punto del templo salesiano. En él aparece representada María como Auxiliadora, además de como Reina y Madre de la Iglesia. A sus pies se sitúan los apóstoles y los santos y alrededor de Ella se arremolinan los ángeles del Cielo.