Por las sendas de la noche. (A zaga de san Juan de la Cruz)

, especialista en espiritualidad y psicología, aborda el símbolo de la noche en los escritos místicos, en un interesante estudio literario titulado

(Editorial San Pablo).

Lógicamente, se centra en el místico carmelita del siglo XVI, pero aborda muy acertadamente los antecedentes de dicho símbolo —sobre todo cristianos, pero también sufíes—, que ayudan a contextualizar las fuentes de las que se nutren los escritos del santo de Fontiveros. El preferido y potente símbolo de la noche le sirve, como bella metáfora, para expresar multitud de experiencias de una fe dinámica, los momentos de crisis espiritual, la búsqueda de sentido, el paso a un momento de plenitud aún no consumada no exento de inseguridades, la experiencia mística de unión con Dios; todo ello lo analiza el autor a través de la biografía y los escritos de san Juan de la Cruz.

La mística cristiana, aun con diferentes acentos, viene a mostrar que el conocimiento de Dios no se alcanza por los sentidos ni por la razón discursiva, sino a través del conocimiento que da el amor, la indecible experiencia de unión con Él tras un proceso de purificación.