El Evangelio de hoy: “Todo el mundo te busca”

Evangelio según san Marcos (1,29-39) y comentario de José María Calderón, director nacional de OMP

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Redacción Religión

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Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Marcos 1,29-39

En aquel tiempo, al salir Jesús de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés.

La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, e inmediatamente le hablaron de ella. Él se acercó, la cogió de la mano y la levantó. Se le pasó la fiebre y se puso a servirles.

Al anochecer, cuando se puso el sol, le llevaron todos los enfermos y endemoniados. La población entera se agolpaba a la puerta. Curó a muchos enfermos de diversos males y expulsó muchos demonios; y como los demonios lo conocían, no les permitía hablar.

Se levantó de madrugada, cuando todavía era muy oscuro, se marchó a un lugar solitario y allí se puso a orar. Simón y sus compañeros fueron en su busca y, al encontrarlo, le dijeron: «Todo el mundo te busca».

Él les responde: «Vámonos a otra parte, a las aldeas cercanas, para predicar también allí; que para eso he salido».

Así recorrió toda Galilea, predicando en sus sinagogas y expulsando los demonios.

José María Calderón, director de OMP España, comenta el Evangelio


Primera lectura

Lectura de la carta a los Hebreos 2,14-18:

Lo mismo que los hijos participan de la carne y de la sangre, así también participó Jesús de nuestra carne y sangre, para aniquilar mediante la muerte al señor de la muerte, es decir, al diablo, y liberar a cuantos, por miedo a la muerte, pasaban la vida entera como esclavos.

Notad que tiende una mano a los hijos de Abrahán, no a los ángeles. Por eso tenía que parecerse en todo a sus hermanos, para ser sumo sacerdote misericordioso y fiel en lo que a Dios se refiere, y expiar los pecados del pueblo. Pues, por el hecho de haber padecido sufriendo la tentación, puede auxiliar a los que son tentados.

Salmo de hoy

Sal 104,1-2.3-4.6-7.8-9 R/. El Señor se acuerda de su alianza eternamente

Dad gracias al Señor, invocad su nombre,

dad a conocer sus hazañas a los pueblos.

Cantadle al son de instrumentos,

hablad de sus maravillas. R/.

Gloriaos de su nombre santo,

que se alegren los que buscan al Señor.

Recurrid al Señor y a su poder,

buscad continuamente su rostro. R/.

¡Estirpe de Abrahán, su siervo;

hijos de Jacob, su elegido!

El Señor es nuestro Dios,

él gobierna toda la tierra. R/.

Se acuerda de su alianza eternamente,

de la palabra dada, por mil generaciones;

de la alianza sellada con Abrahán,

del juramento hecho a Isaac. R/.

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