EVANGELIO DEL DÍA

Evangelio 6 abril: "Jamás ha hablado nadie como ese hombre"

San Juan 7, 40-53

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Evangelio 6 abril: "Jamás ha hablado nadie como ese hombre"

Redacción digital

Madrid - Publicado el

2 min lectura

El Evangelio del día 6 de abril de 2019 con las lecturas de hoy

Lectura del santo Evangelio según san Juan 7, 40-53

En aquel tiempo, algunos de entre la gente, que habían oído los discursos de Jesús, decían: - "Éste es de verdad el profeta". Otros decían: -"Éste es el Mesías". Pero otros decían: - "¿Es que de Galilea va a venir el Mesías? ¿No dice la Escritura que el Mesías vendrá del linaje de David, y de Belén, el pueblo de David?" Y así surgió entre la gente una discordia por su causa. Algunos querían prenderlo, pero nadie le puso la mano encima. Los guardias del templo acudieron a los sumos sacerdotes y fariseos, y éstos les dijeron: - "¿Por qué no lo habéis traído?" Los guardias respondieron: - "Jamás ha hablado nadie como ese hombre". Los fariseos les replicaron; - "¿También vosotros os habéis dejado embaucar? ¿Hay algún jefe o fariseo que haya creído en él? Esa gente que no entiende de la Ley son unos malditos"Nicodemo, el que había ido en otro tiempo a visitarlo y que era fariseo, les dijo: - "¿Acaso nuestra ley permite juzgar a nadie sin escucharlo primero y averiguar lo que ha hecho?" Ellos le replicaron: - "¿También tú eres galileo? Estudia y verás que de Galilea no salen profetas". Y se volvieron cada uno a su casa.

Primera lectura

Lectura del libro de Jeremías 11, 18-20

El Señor me instruyó, y comprendí, me explicó lo que hacían. Yo, como cordero manso, llevado al matadero, no sabía los planes homicidas que contra mí planeaban: Jalemos el árbol en su lozanía, arranquémoslo de la tierra vital, que su nombre no se pronuncie más. Pero tú, Señor de los ejércitos, juzgas rectamente, pruebas las entrañas y el corazón; veré mi venganza contra ellos, porque a ti he encomendado mi causa.

Salmo 7,2-3.9bc-10.11-12

R/. Señor, Dios. mío, a ti me acojo

Señor, Dios mío, a ti me acojo, 

líbrame de mis perseguidores y sálvame, 

que no me atrapen como leones 

y me desgarren sin remedio. R/.

Júzgame, Señor, según mi justicia, 

según la inocencia que hay en mí. 

Cese la maldad de los culpables, 

y apoya tú al inocente, 

tú que sondeas el corazón y las entrañas, 

tú, el Dios justo. R/.

Mi escudo es Dios, 

que salva a los rectos de corazón. 

Dios es un juez justo, 

Dios amenaza cada día. R/.

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