EVANGELIO DEL DÍA

Evangelio 11 febrero: "Los que lo tocaban quedaban curados"

San Marcos 6, 53-56

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Redacción Religión

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El Evangelio del día 11 de febrero con las lecturas de hoy:

Lectura del santo Evangelio según san Marcos 6,53-56

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos, terminada la travesía, tocaron tierra en Genesaret y atracaron. Apenas desembarcados, algunos lo reconocieron y se pusieron a recorrer toda la comarca; cuando se enteraba la gente dónde estaba Jesús, le llevaban los enfermos en camillas. En la aldea o pueblo o caserío donde llegaba, colocaban a los enfermos en la plaza y le rogaban que les dejase tocar al menos el borde de su manto; y los que lo tocaban se ponían sanos.

Primera lectura

Comienzo del libro del Génesis 1,1-19:

Al principio creó Dios el cielo y la tierra. La tierra era un caos informe; sobre la faz del abismo, la tiniebla. Y el aliento de Dios se cernía sobre la faz de las aguas. 

Y dijo Dios: "Que exista la luz". 

Y la luz existió. Y vio Dios que la luz era buena. Y separó Dios la luz de la tiniebla; llamó Dios a la luz "Día"; a la tiniebla, "Noche". Pasó una tarde, pasó una mañana: el día primero. 

Y dijo Dios: "Que exista una bóveda entre las aguas, que separe aguas de aguas". 

E hizo Dios una bóveda y separó las aguas de debajo de la bóveda de las aguas de encima de la bóveda. Y así fue. Y llamó Dios a la bóveda "Cielo". Pasó una tarde, pasó una mañana: el día segundo. 

Y dijo Dios: "Que se junten las aguas de debajo del cielo en un solo sitio, y que aparezcan los continentes". 

Y así fue. Y llamó Dios a los continentes "Tierra", y a la masa de las aguas la llamó "Mar". Y vio Dios que era bueno. 

Y dijo Dios: "Verdee la tierra hierba verde que engendre semilla, y árboles frutales que den fruto según su especie y que lleven semilla sobre la tierra". 

Y así fue. La tierra brotó hierba verde que engendraba semilla según su especie, y árboles que daban fruto y llevaban semilla según su especie. Y vio Dios que era bueno. Pasó una tarde, pasó una mañana: el día tercero. 

Y dijo Dios: "Que existan lumbreras en la bóveda del cielo, para separar el día de la noche para señalar las fiestas, los días y los años; y sirvan de lumbreras en la bóveda del cielo, para dar luz sobre la tierra". 

Y así fue. E hizo Dios dos lumbreras grandes: la lumbrera mayor para regir el día, la lumbrera menor para regir la noche, y las estrellas. Y las puso Dios en la bóveda del cielo, para dar luz sobre la tierra; para regir el día y la noche, para separar la luz de la tiniebla. Y vio Dios que era bueno. Pasó una tarde, pasó una mañana: el día cuarto.

Salmo 103,1-2a.5-6.10.12.24.35c

R/. Goce el Señor con sus obras

Bendice, alma mía, al Señor, 

¡Dios mío, qué grande eres! 

Te vistes de belleza y majestad, 

la luz te envuelve como un manto. R/.

Asentaste la tierra sobre sus cimientos, 

y no vacilará jamás; 

la cubriste con el manto del océano, 

y las aguas se posaron sobre las montañas. R/.

De los manantiales sacas los ríos, 

para que fluyan entre los montes; 

junto a ellos habitan las aves del cielo, 

y entre las frondas se oye su canto. R/.

Cuántas son tus obras, Señor, 

y todas las hiciste con sabiduría; 

la tierra está llena de tus criaturas. 

¡Bendice, alma mía, al Señor! R/.

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