Unos humildes frailes de Murcia organizan un gran Festival de Música Católica congregando a miles de personas

El año pasado tuve la oportunidad de participar en la tercera Edición del Festival Divina Misericordia, cantando el sábado por la noche, en la vigilia de oración, con la complicidad mi querido hermano Luis Alfredo Díaz. Me llamó poderosamente la atención la humildad de los hermanos de la Luz, la sencillez del Eremitorio, al que se llega en una subida donde vas adquiriendo la sensación de que estas haciendo una peregrinación a un lugar muy especial... y así lo fue y así lo es.

Este Eremitorio y sus hermanos tienen algo muy especial que contagia, y que te impulsa a volver. Lo que ofrecen es una experiencia que tiene sabor a Evangelio, sin envoltorios ni aditivos, sabor a fraternidad al calor de la Fe. Este año vuelvo, y en unos días me sumerjo en esta experiencia de comunidad, música y oración. Y de paso, me tomaré el celebre chocolate caliente con el que los hermanos agasajan cada noche a los peregrinos, entre canción y oración...

Un viaje hacia nuestro interior

Se trata de un Eremitorio muy sencillo, y al mismo tiempo, tremendamente acogedor que te transporta a una dimensión de oración y de vacío de ti mismo tremendamente aconsejable en estos tiempos de locura, donde la vida nos consume en las mil ocupaciones que nos devoran sin apenas darnos tiempo a respirar. La propuesta de los hermanos de la luz es altamente recomendable. Siendo un festival con mucha afluencia de personas, ofrece una propuesta de música y oración ideal para hacer un parón y encontrarnos con nosotros mismos y con el Dios de la Vida que sale a nuestro encuentro a darnos un abrazo.

Tres días de música y oración

Los días 22, 23 y 24 de febrero tendrá lugar en el Eremitorio de Nuestra Señora de la Luz, en Murcia, el cuarto festival de la Divina Misericordia un evento que tiene como objetivo que la gente que vaya tenga un encuentro personal con la misericordia de Dios a través de la música, la adoración ante el Santísimo y el ambiente fraternal que se da entre los que vienen al festival. Ya han pasado en años anteriores grupos como brotes de olivo y la voz del desierto y cantantes como Migueli, Nico Montero, Jesús Cabello y Luis Alfredo.

Este año contamos con la presencia de Hakuna, los venezolanos Carlos y Carito que han actuado en Cielo abierto el festival de música católica de habla hispana más importante, con Athenas cantante argentina católica de gira por España después de actuar en la JMJ de Panamá, Marcelo Olima argentino que hace años vive en Almería y que ha editado hace poco su último trabajo discográfico y la actuación de Nico Montero y su banda que presentarán el disco "Gracias".

Un cartel de lujo con cantantes argentinos, venezolanos y españoles

La Noche del viernes 22, los chicos de Hakuna y los venezolanos Carlos y Carito acompañarán con sus canciones la noche de vigilia y oración. El Sábado será el turno de los argentinos Athenas Venica y Marcelo Olima, especialistas en canciones de adoración. El conocido cantautor español Nico Montero, acompañado por toda su banda, cerrará el festival con un conciertazo el Domingo 24 a las 17.00h en el colegio Villa Pilar, cerca del Eremitorio.

Otras actividades que completan la oferta

El festival tiene también otras actividades. El viernes 22 a las 21:15 habrá un rosario de antorchas; el sábado 23 un día de intercesión ante el Santísimo (orar por vivos y difuntos es una obra de misericordia. Durante el festival habrá momentos donde poder confesarse y así recibir la misericordia de Dios, y espacios para la oración rezando laudes, vísperas, el santo Rosario y la coronilla de la divina misericordia que se rezará a las 15:00 horas.

El festival de la Divina Misericordia es un derroche continuo de Gracia que Dios tiene reservado para las personas que se acerquen en esos días. Una inolvidable experiencia para vivir junto a los hermanos de Nuestra Señora de la Luz, que custodian este eremitorio con una espiritualidad que se caracteriza por un amor intenso a la eucaristía y a la virgen María y por un apostolado en favor de la familia y en defensa la vida.