El motivo por el que cada 22 de octubre se homenajea en el santoral a Juan Pablo II: estos fueron sus milagros
Las oraciones a Juan Pablo II de Marie Simon Pierre y Floribeth Mora surtieron efecto, logrando superar sus enfermedades gracias a la intercesión del Pontífice polaco
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El pasado 16 de octubre se cumplieron 43 años desde que Karol Wojty?a fuese elegido Papa. Desde entonces, Juan Pablo II ostentó el honor de ser el único Santo Padre de nacionalidad polaca y el primer Sucesor de Pedro no italiano desde el año 1523. Seis días más tarde comenzaba un Pontificado que se prolongaría durante 27 años, uno de los más largos de la historia de la Iglesia.
Este viernes, 22 de octubre, coincidiendo con la Santa Misa con la que comenzaba inicialmente su Papado, se celebra en el santoral católico la figura de Juan Pablo II, que sería beatificado el 1 de mayo de 2011 por Benedicto XVI (tan solo seis años después de su muerte en 2005) y canonizado posteriormente el 27 de abril de 2014 por Francisco.
En vida le conocimos como el 'Papa viajero'. En el recuerdo de muchos quedan frases como “la peor prisión es un corazón cerrado”; “el amor se siente, no se ve; el amor silencioso es el más fuerte de todos”, o la de “Soy un joven de 83 años”. Solo dos años más tarde moriría a los 85 años.
Su vida estuvo rodeada de milagros. Incluso se le atribuyen en vida. El más famoso el atentado contra su persona el día de las apariciones de Fátima de 1981, del cual logró sobrevivir contra pronóstico, gracias a la ayuda de dos monjas, una de las cuales detuvo al tirador en el momento del disparo aunque nunca se supo de quien se trató.
Pero los dos milagros que le permitieron ser primero beatificado y luego canonizado tiene dos nombres propios: Marie Simon Pierre y Floribeth Mora.
Marie Simon Pierre, la monja que se curó milagrosamente del parkinson
La primera de ellas es un religiosa de nacionalidad francesa, quien saltó a la fama después de que sanara la enfermedad del parkinson que padecía gracias a la intercesión del Pontífice polaco. Perteneciente a la Congregación de las Hermanitas de las Maternidades Católicas, a Marie Simon Pierre le diagnosticaron su anomalía con tan solo 39 años (en 2002), lo que le afectaba a la mitad izquierda de su cuerpo.
El tratamiento médico no daba resultados, y el parkinson era más patente en su cuerpo. Juan Pablo II falleció el 2 de abril de 2005 y, un mes más tarde, su sucesor Joseph Ratzinger abrió su proceso de beatificación.
Desde aquel momento, las religiosas de la congregación de Marie Simon Pierre comenzaron a rezar a Karol Wojty?a pidiendo su curación. La enfermedad llevó a la religiosa francesa a pedir a su superiora abandonar sus trabajos en la orden, ya que apenas se podía mantener en pie.
Su superiora no estaba convencida de ello, y pidió a la hermana que escribiera sobre un papel el nombre de Juan Pablo II. Apenas se entendía su letra como consecuencia del parkinson. Aquella misma noche, Simon Pierre volvió a escribir su nombre y, al despertar, los síntomas de la enfermedad desaparecieron. Un hecho que su neurólogo no se podía explicar. No había causa científica, tal y como constató la Congregación para las Causas de los Santos.
Floribeth Mora, la madre que superó una enfermedad cerebral
Por su parte la canonización del Sucesor de Pedro fue posible gracias a Floribeth Mora, quien fue sanada de un aneurisma cerebral por el que los médicos apenas le daban un mes de vida.
La costarricense sintió un dolor muy intenso el 8 de abril de 2011 en la cabeza. Acudió al hospital, aunque aquellas molestias la atribuyeron los médicos al estrés. Pero el dolor no cesaba y, tras practicarle varias pruebas, detectaron el problema cerebral que le llevaría, según los sanitarios, a una muerte inminente.
Desde entonces, la mujer comenzó a rezar a Dios y a Juan Pablo II para que intercediera por ella. El 1 de mayo de 2011, coincidiendo con la beatificación de Su Santidad, a Floribeth Mora se le apareció: "Estaba tumbada en la cama, me desperté y vi cómo Juan Pablo II, que estaba en la portada de un suplemento que teníamos encima de la televisión, elevó sus manos hacia mí y me dijo 'Levántate, no tengas miedo'", explicaba la protagonista.
Entonces comprendió que estaba curada y sintió una enorme paz. Posteriormente, se sometió a pruebas médicas que mostraron la ausencia de la enfermedad para la que, según Mariano Ramírez, uno de los peritos médicos de la Curia Metropolitana de Costa Rica, "no había explicación científica”.
"Revisamos los informes y nos dimos cuenta de que había sido un milagro, después los mandamos al Vaticano, que los estudió y confirmó que se trataba de una intervención divina", señaló Ramírez.